Ha sido un verano ciertamente azul. Todo él azul. Horriblemente azul por una parte, deliciosamente azul por otra. Aun así, azul es el nombre de este tiempo, y la melancolía su signo distintivo.
Melancolía que huele a tristeza que huele a desesperanza e ira la que provoca el resultado electoral y las consecuencias que a diario florecen. Un azul que huele raro, que molesta los argumentos de equidad más elementales, que transgrede toda posibilidad de vivir en un país legítimo en los próximos seis años, todo por la necia e inexplicable postura de no legitimar un resultado tan cerrado como inesperado y desesperante resulta pensar en estre nuevo México de cristeros y yunques. Yunques que casi nadie quiere ver, pero que están ahí, haciéndose del poder poco a poco, pisoteando las libertades civiles y lo poco que restaba de credibilidad al gobierno foxista.
Melancolía que huele a distracción que resultó insuficiente la de Italia y Francia disputando una final futbolera somnífera y que puso en su lugar la oleada de inflación espiritual del futbol y sus maestros marioneteros. Resultó poca cosa el mundial para México y ni siquiera funcionó como carnada emocional el tiempo que muchos hubieran querido. Un fiasco sin mayor chiste, repleto de corruptos, y en el que también ganó un equipo de corruptos que ahora, mayoritariamente, jugarán en segunda división o abandonarán a los equipos de sus amores. ¿No les digo? El mundo es mexicano y ahora el mundial también: Dominan los corruptos, los azules y los mientamadres.
Y melancolía que huele a pan tostado, que huele a caminos y regresos, a cantitos y a cantares. Melancolía que tiene un contrapunto en cierta boca, en cierta charla, en ciertas canciones cantadas a grito pelado, y a paz de a ratos, y a autocomplacencia y a autodestrucción y a reconstrucciones inminentes, es la que proviene de otro azul de cuyo nombre quisiera colgarme. Colgarme un rato más, aunque las esperanzas fuesen vanas, y aunque el mundo, alrededor, se mexicanice y se haga pedazos como lo está logrando por sí mismo. Siempre una boca de dónde beber, una canción que gritar a las tres de la mañana, un retorno, un dolor de cabeza esperanzado, una mañana siguiente donde prevalezca el gris en el cielo y en el suelo, una paleta roja esperando ser roída y siéndolo, un temblor sin conocimiento de escalas richter, de color azul, y que ha estado seduciendo a este verano para que no concluya así, con tanto despojo. Para sumar.
Voto por voto se escucha poco probable. Uno por uno suena mejor.
Buscaré un tentempié azul en las montañas. Ya llegaron las lluvias y a ellas les viene bien.
Salud.
La linea que separa a un valiente de un cobarde está trazada con cinismo.
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7 comentarios:
un hombre está preso en una habitación que no tiene llave
y cuya puerta se abre hacia dentro, si no se le ocurre
tirar de ella en vez de empujarla.
Todo código puede adquirir una significación y sentido distintos a partir de su contexto. Nunca el azul me había irritado tanto.
Vaaaa tan bonito color desperdiciado, una pena lo de Italia. Y peor aun lo de claderon.
¿fuiste hoy a la asamblea?
El Felaps tiene razón, a pesar de mi impuesta neutralidad hacia la política y cualquier cosa que enturbie mis actividades, el azul tiene sus buenos momentos como el de la montaña, pero hijos, azul y amarillo, verde y rojo me estan causando un poco de acidez. El asunto es no olvidarse, la técnica número de contención es al menos mover de su lugar al indignado, distraelo, cansalo, di que si, pero no cuando. Eso debe evitarse ca. Me voy el contrato de confidencialidad es fuerte debo irme.
Es bueno encontrar lugares como este.
Saludos.
vas a ser mío, papito, ojitos de depredador.
muy atinado el comparar desde la perspectiva del voto por voto; muy actual
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