La linea que separa a un valiente de un cobarde está trazada con cinismo.

julio 31, 2006

Extrañamientos (anything but love)

El tránsito de la vida es un continuo extrañamiento. Tanto en el sentido de extrañar como en el sentido de extrañarse. Me extrañan las cosas que suceden vertiginosas y dulces. Me extrañan las circunstancias generosas y que se acomodan como piedras de soporte sobre el río de lo imaginario. Me extraño y me siembro, por segundos, la cara de sonrisas. Paladeo con tranquilidad lo inesperado y luego vuelvo a fruncir las pestañas, un rato más, para entonces regresar al territorio donde lo que más extraño es a mí mismo.

Me extraño cuando lo que me atraviesa son incertidumbres necias y no deleitables. Cuando me atosigan las quejas, las coyunturas que no son de carne y hueso, los besos fantasmales. Me extraño y me miro desde lejos, batiendo la espada contra monstruos de niebla sin colmillos ni fauces.

Un vuelco es capaz de devolverme al otro extrañamiento. Un vuelco sutil, una llamarada de lunes o de martes. Un domingo reposando entre brazos sin multas, o un jueves donde se demoran otro poco los gritos de la luna y un grupo de ansiosos nos sentamos a esperarles. Ahí, donde el amor es el amor, nos podemos acomodar todos juntitos, o caminar otros veinte zócalos, hasta la orilla del mundo, y lanzar nuestras cánicas sobre las colinas que han construido, piedra a piedra, ladrillo a ladrillo, voto a voto, los sordos y los mudos y los ciegos que tanto le temen a que nadie se calme.

Y ahí, entre la fuerza de lo gregario y el aroma de los cuellos, las bocas y las tardes, nos extrañamos siendo juntos, siendo humo, siendo uno; ya todos, ya nosotros, ya aun cuando se terminen los otros o se terminen las tardes. El aguijón ha sido hendido, la ponzoña del amor se disuelve en nuestra sangre: Este el amanecer de un tiempo donde nadie dejará de extrañarse, felizmente. Porque extrañarse es el vientre que alumbra la criatura más suculenta, y que, de entre tantos nombres, he escogido llamarle -hoy nada más- fascinación.

Salud.

6 comentarios:

Lahetaira dijo...

y es ahí, extrañados y sudorosos, donde comprendemos las mutuas lejanías y los puentes milagrosos para salvarlas.

besos piut.

Anónimo dijo...

jeje, pensé que le había avisado de mi cambio de url. Ya sabe, no soy blogstar y la fama es lo que menos necesito..jojo. Gracias por la visita, y acá andamos.

- Sánchez Villa - dijo...

Hasta ahora me entero que por allá de mayo fui citado (y descontextualizado y tregiversado) en este sitio. Bueno, ni hablar. ¡Al menos ponle un link a mi basurero de blog, caray! No falta algún alma descarriada que quiera enterarse de lo que escribo. La verdad mis opiniones políticas comentadas en la bloggósfera (¿se escribe así?) más que reflejar lo que realmente pienso, las dejo por ahí para saciar un padecimiento que he llamado "la adicción al pelito cibernético". Ahora que, en efecto, detesto al Peje.

Saludos.

Chamirú dijo...

Ah, la pendejez que no termina:

Uno: No fuiste ni descontextualizado ni "tregiversado". La estupidez que escribiste fue transcrita ìntegra y hechas las referencias al post que amablemente criticabas.

Dos: Lo de las "almas descarriadas" entre otras de las muchas frases hechas que te caracterizan, no es asunto mío. Ocúpate de pescarlas por ti mismo.

Y tres: Si lees un poco más abajo en el blog, podrás ver que en efecto hay un link a tu "basura de blog", a pesar de que cuando comentaste, como buen derechista patito (porque los hay finos y respetables como asamano y otros) tiraste piedritas y escondiste tus pezuñitas (para hablar en un idioma frasehechista que te sea inteligible).

Una última sugerencia: No uses la palabra "verdad" y las palabras "mis opiniones políticas" en la misma frase. Eres un saco de tonterías.

Y sí, me desquito contigo de que la lasaña que cené me cayó pesada, y qué, y qué.

Juar.

- Sánchez Villa - dijo...

¿Qué te puedo decir? Nunca creí ser el dolor de cabeza de un desconocido que lleva lo miserable por dentro hasta grados que antes no conocíamos.

En fin, no sé por qué nos odias a los tipos con más suerte, carisma, dinero y talento para cualquier cosa que tú (inclusive el talento para molestar a desconocidos). Debe ser justamente porque tenemos todas esas cosas y tú no.

Por otro lado, el error en algunas palabras, como en tergiversado (que escribí como "tregiversado" así como "pelito cibernético") en mí son más notorios, porque en efecto, es poco común detectármelos. Agradezco que los resaltes y que me ayudes a no cometerlos nuevamente en el futuro.

Otra cosa, me preguntas en tu post de carta abierta a mí que cuándo fue la última vez que hice algo con "las clases altas". Te respondo (más vale tarde que nunca): justamente el fin de semana, y la pasé muy bien. Asimismo, abundando en una respuesta al mismo comentario, te aclaro sin ningún afán racista, sino como mera información, que no tengo herencia indígena (para gracia o desgracia mía, no lo sé) toda vez que todos mis bisabuelos son extranjeros españoles (lo que a mí me da igual, porque yo soy absolutamente mexicano y nunca he visitado España).

Y bueno, más que nada, te agradezco todo tu tiempo que me dedicas, todos tus comentarios y todo tu esfuerzo por tenerme siempre presente, ni mi novia hace tanto por mí (aprovecho para decirte de una buena vez que no tienes ninguna oportunidad de llegar a nada más conmigo, toda vez que no soy homosexual ni bisexual, aunque respeto bastante las preferncias sexuales de cada quién).

Finalmente debo agregar que ya no tomaré más tiempo en comentarte; sé que la mitad de tu tiempo ocupado (que es tiempo gastado en mí) ahora quedará libre, por lo tanto te sugiero que termines alguna carrera 8de preferencia útil) y consíguete un trabajo: vas a ver que con un poco de dinero bien ganado podrás comer mejores productos que lasañas pasadas (y pesadas) que te ponen de mal humor.

Juar (que me imagino que en el lengaje que usas debe querer decir algo así como "adiós", y si no es así, entiéndelo en un sentido recíproco al de tu misma onomatopeya).

Un abrazo.

- Sánchez Villa - dijo...
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