Historia verídica acontecida apenas anoche.
10.15 P.M.
- Oiga, ¿de casualidad tendrá corridas hacia Guadalajara para antes de las doce?
- Oiga, ¿y cuál de los camiones de la foto es el que va ahorita a las 10.30?
- ¿Cómo que cual? Pues de esos de la foto, ninguno. (Qué dato tan positivista y chingón, hizo sentir mi pregunta muy pendeja)
- Ah, pos no verdad. De esos mismitos de la foto, seguro que ninguno es el de ahorita. Eso me imaginaba. Pero le preguntaba qué modelo, si el "Turistar" o el "Futura".
- Péreme. Es...el Futura.
- Oiga, ¿y tiene escalas o se va directo?
- Es directo.
- ¿Y en cuánto sale?
- A ver...a Guadalajara...hmm...cuatrocientos treinta pesitos.
- Y cuánto hace más o menos. Me decían que siete horas, ¿verdad?
En ese momento, el supervisor en turno hizo su aparición con un comentario que debí haber leído desde otro nivel, pero que desgraciadamente, por creerlo un simple convencionalismo mochomexicanístico, no tomé demasiado en serio:
- SI DIOS QUIERE, en siete horas y media está usté en Guadalajara, jovenazo.
- ¿Seguro que siete y media? No quisiera llegar demasiado temprano.
- Seguro. Chance y hasta un poquito más, porque ya se imaginará como deben andar las carreteras de llenas.
- Muy bien. Pues déjeme checar los precios de otras líneas y a lo mejor ahorita regreso.
- Cómo no, pero no se tarde mucho, porque el de las 10.30 ya mero sale.
10.24 P.M.
ETN: 567.00
Primera Plus: 462.00
Omnibus de México: 360.00 (Con 19 bellas escalas en el pintoresco estado de Michoacán de Ocampo)
BEEP*BEEP*BEEP*BEEP!!
Axioma de la noche: Las líneas de autobuses, las taquillas en general y cualquier otra aglomeración de opciones comerciales debe abordarse bajo el patrón "TACOS DE SUADERO". Es decir, lo mejor y más sabio, cuando no sabes en qué puesto comértelos y morir-lo-menos, es seguir el sabio consejo de las multitudes. Fórmate en la fila más larga. No quieras ahorrarte tiempo, GUEVÓN, PENDEJO.
Mi mente estaba intentando advertirme una vez más, sutilmente, que no cometiera el terrible error que estaba a punto de untar sobre mis 7 horas subsecuentes. Y de nuevo le traicione, en un afán de ahorrarme media hora, que hubiera podido servirme para cenar algo menos repulsivo que la torta de central camionera que me tuve que chingar, casi sin olerla, a las 5.20 de la mañana que llegó el puto camión (40 minutos antes de lo previsto), en Guadalajara, mientras esperaba el amanecer.
10.27 P..M.
- ¿A las 11.20 o a las 10.30?
- Pues ahorita, de una vez. Si me dice que llega en siete y media estaría llegando como a las 6. Eso está bien.
- ¿Qué asiento quiere?
- El que sea con ventana, si le quedan. Y si se puede que no esté encima de una rueda, mejor. (No por mamón, sino porque rebotan un chingo esos asientos...ta bien, por mamón)
- Tengo nada más el 32, que está atrasito de la rueda.
- Démelo. ¿Qué hora es?
- Son las 10.27, córrale ya a la puerta 2. Buen viaje@BLINK
Una risa satánica como el cliché podría haber sonado en el audio de la central camionera, para establecer otra concordancia y aderezar a la perfección el cuadro. Lástima que la vida no es TAN peliCULERA como para eso.
10.42 P.M.
- Señorita, llevo 10 minutos aquí parado esperando para poder subirme...
- Es que el chofer está en el baño y yo no le puedo recibir su boleto...¿sí?
- Bueno, y cómo cuanto cree que se tarde...
- Uy, quien sabe. Creo que andaba medio suelto, ¿sí?
- Umm...(gracias por la información). Aquí lo espero, pues.
- Mire, ahi viene...Jorge, el joven quiere subir
Mutis total. Pasa de largo. Se sube al camión. Le vale madres. Llega el checador del camión, se saludan, intercambian la tabla de salida. El checador se va.
- Jorgeeeee, el señor quiere subir....
- Pues que se suba.
- A ver, déme su boleto...y una pequeña revisión nada más.
10.52 P.M.
Finalmente de camino. Reclino el asiento. Respiro profundo. Me digo a mí mismo que, al salir más tarde, llegaría menos temprano a Guadalajara, lo cual convenía a mis planes. Mi compañero de asiento oye hip-hop en sus walkman de sonido surround. Me vale madres. Ya voy de camino. Tengo que concentrarme en quedarme dormido.
Zona de Ecatepec
El televisor del camión se enciende. De pronto, me doy cuenta que a nadie le habían dado siquiera unos putos cacahuates o una botella de agua. "Pinches codos", pensé, "los de primera plus te dan hasta sandwich...y los de ETN todo el chesco que quieras..." Ni pedo. Ya vamos de camino.
Cuál sería mi sorpresa cuando, tras unos breves segundos de pantalla de advertencia, el rostro inequívoco y demoniaco de MARTHA SAHAGUN aparece en la pantalla. Toma cerrada. Mucho maquillaje. Cara inclinada hacia un lado, en gesto de pietá griega, romana o guanajuatense (más bien lo último). Con toda la misericordia de la imagen, comienza de su dulce boca a brotar la voz inconfundible:
La pesadilla era ahora redonda, inconmensurable, perfecta. DE pronto, en mi mente resonó el parlamento del supervisor de la taquilla:
"Llegará a Guadalajara....Si DIOS quiere..."
¿Conque todo esto era obra del dios de los impíos? Del dios del yunque. Autobuses Zahagún. Autobuses Salinas Pliego. Autobuses Opus Dei. Autobuses Escrivá de Balaguer. Autobuses Me Cago en Dios, en todos los santos y en la puta Virgen que los parió uno a uno, antes habiéndolos engendrado en orgías celestiales con los cerdos que pastan en las nubes de Yahvé y Hnos.
En total fueron cerca de 35 minutos de ilustrativos temas, narrados todos a cuadro por Marta Zahagún, con su cara siempre inclinada en el mismo ángulo, sus ojos de misericordia y ESO NO ES TODO, entre tema y tema, intercalados sutilmente, con un gusto exponencial, disfrutamos también de cerca de 20 comerciales de ELEKTRA, Genomma Lab, PagoMax, Western Union y Vamos México. Colofón para el colofón. Una verdadera violación al alma pura del viajero guarro, prosaico, orgíastico y alguna vez comunista. Aunque pensándolo bien, podría ser una violación a destajo para casi cualquier mente que se jacte de funcionar.
Aprendí cómo tratar un miembro de la familia drogadicto (¿perdón, o era un "miembro drogadicto de la familia?"), cómo hablar de sexo con mis hijos, cómo tolerar a "esos" homosexuales, cómo siempre "ver hazia adelante y zuperar, zuperar todaz laz adverzidades, como ziempre lo ha hecho mi pueblo, el gran pueblo mexicano".
Aprendí que NUNCA JAMÁS habré de subirme otra vez a los autobuses en cuestión.
Y aprendí, sobre todo, que los autobuses viejos tienen problemas con la puerta del baño, que se abre en curvas y movimientos bruscos, despidiendo los vapores de todo el trayecto, y que el asiento 32, desgraciadamente, está demasiado, demasiado, demasiado cerca del baño, de las pantallas y del infierno.
Ahora estoy en Guadalajara, pero siento que ya estoy muerto.
Salud.
3 comentarios:
Ay, pero si siete horas no son NADA. Y Martita, jojo, sí, es una mentada de madre, pero es perfectamente soportable, y los primeros 5 minutos puede resultar incluso divertida.
Yo he viajado en inframundos móviles por 14 horas o más. En camiones ni siquiera de línea, sino rentados por profesores que quieren ganarse unas monedas estafando a sus alumnos. Asientos de-cuasi-microbús, diseñados para personas de menos de 1.60 de estatura. En uno de esos viajes la tripulación estaba compuesta por treintaytantos chairos que TODA la noche tuvieron puesta a TODO volumen su música preferida: Bob Marley, Mano Negra, Manu Chao, etcétera etcétera. Se paseaban de un lado a otro del autobús (y yo tenía el asiento del pasillo). Derramaban cerveza sobre mí. Bailaban. GRITABAN, malditos ruidosos de porra. Imagina intentar dormir entre una turba de springbreakers región 4, universitarios con mentalidad de prepos. ¡Arghe! La cereza en el pastel era que yo tenía bronquitis y una infección vaginal, ¡xram!
Ya los otros viajes pa' qué contarlos, ese se lleva las palmas.
perdón por el pendejo del post anterior, que definitivamente a viajado menos que yo por esta rexpublica... luego sus pedos no tienen nada que ver con su megasuperviaje-a-xalapa o dónde quiera viajar,creo que ni de su pinche cojón hinchable de la condesa se desplazó... el mismo intetento de escribir en esta blog o en la consiguiente, porsupuesto que no le da derecho a un luar mejor ni a un viaje mejor cuando como chancho te da para el UNO y para un par de postales (pa que tumama esté orguyosa, saliste del pueblo para ser otra hica almodovar..dios te de muchos años y que puedas ver el resto con los ojos en las manos...
muackkkkkssssssssssss
Los viajes ilustran.
Pero los traslados te marcan de por vida.
A poco no?
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