La linea que separa a un valiente de un cobarde está trazada con cinismo.

febrero 07, 2006

Cinco hábitos absurdos (que nadie me preguntó)

Nadie dijo. Nadie sabe. A nadie le importan.

Yet, unos que otros los padecen. Tough luck, heh!


1.- Digamos que amanece Y, curiosamente te despiertas temprano. Esto es, no más de tres horas después de que el sol sale. Digamos también que anoche tuviste la extraña suerte de que alguien, no importa quién, balbuceara alguna palabra o conjunto de (léase sustantivo, adjetivo, dicharacho insufrible, etc.) que te resulta muy dejavu PERO, muy "EXTRAÑO(A)". O, en su defecto, digamos que ayer alguien tararease una OBTUSA y OLVIDADA cancioncita.

Mi hábito extraño número uno goes like this: Es totalmente inconsciente/subconsciente. Sin embargo, justo al día siguiente del "supuesto" --- " hallazgo" --- muy probablemente voy a:

a) Escuchar la "obtusa y oscurísima cancioncita" al menos cuatro veces durante el día y en lugares absolutamente inesperados.
b) Soportar a los personajes menos soportables (sic) utilizando esa "extraña palabra" cuando menos ochenta y siete mil veces. Y si no, seguramente alguien repetirá ese "oscuro" refrán insufrible durante horas y horas.

Claro, mi hábito no depende de los demás. Mi hábito supone encontrar esta constante y repetitiva serie de curiosidades convergentes Y, obviously, sorprenderme tercamente por lo mismo. Incluso llego a decir que dios existe. Imaginaos la necedad.


2.- El hábito extravagante número 2 no me ha hecho jamás mucho bien. Y es que me enamoro. Me enamoro a lo pendejo. Y no. Nada de que me "enculo". No me "enculo": NO. Buenísimo fuera. Siempre me enamoro. Soy, como dicen muchas de las antiquísimas víctimas hoy en día, "una nena".

Un miserable besito y ya perdí. Imagínense hasta el hartazgo todas las atroces consecuencias.

3.- Mi tercer mal vicio gira alrededor de mi incapacidad para llorar voluntariamente, ergo, a gusto y nada más. Y lo peor es que no crecí bajo ningún estereotipo machincuepo que me impida berrear en santa paz. Es nomás que no puedo. Tengo ganas, sí, el ojito vibra en modalidad Remi, sí, pero sencillamente no puedo convulsionarme como en la infancia. Y ahí es donde incursiona el tercer vicio weirdo: Cuando tengo ganas de despedazarme en paz, hacerme cachitos, llorar cual Magdalena y luego seguir llorando, yo, sencillamente, busco una película-lectura-historia o en su defecto una absoluta pendejada para llorar mediante. Todo me funciona: Desde Añejísimos Chick-Flicks como Casablanca o textejos tan pinches como el pusilánime Principito. Vale ñonga.

4.- El repeat one. Repeat one. Y ese viene desde tiempo atrás. Recuerdo grabar una rolita, que no pienso nombrar, unas 42 veces en el mismo casette. Y luego ponerlo y ponerlo y ponerlo. Necio. Y que Aburto bendiga el botón de "Repeat One". Por eso debiera vivir en "La terquedad" (y el que no comprenda que mire más abajo).

5.- Careciendo de ganas y de memoria, creo que el quinto mal vicio le corresponde a las ambulancias. Y no a las ambulancias per se. Sólo a las que pasan por enmedio de mi vida a cada rato. Las odio. Las desprecio someramente. Y cada que pasan no puedo evitar angustiarme. Como si me recordaran que también, e inevitablemente, voy a morir. No, gracias. Hoy no.
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3 comentarios:

hugo dijo...

que bonito tu texto, oyess. que inspiradin llegatess del norte.
yo tambien detesto las ambulancias, en casa si pasan y no dejan hablar telefono, caminando en la calle si me dejan sordo e histerico y en coche si se creen muy muy y obligan a dejarlas pasar. y pienso en el de adentro, mas estresado e infartado por todo eso.

Silencio dijo...

Definitivamente con el uno te llamo pirado. Aunque a mi se me da que escucho un disco o canción y lo escucho hasta que me sale sangre de la nariz.

Y si los demás le hechan gasolina ¿que hacemos?

Enamorarse a lo pendejo, no seguido pero se me dá.

Es mejor llorar así, eso de llorar no más porque si, no más no, decia mi amigo Javier que me hace falta una buena chillada, igual pero así solita no se me da. Chillón.

Si, me cae que estás loco, pero eso se da.

Las ambulancias, no a mi me hace pensar que alguien podría estar muriendo a mi lado y mejor no respiro hasta que se van.

pato dijo...

yo tambien escucho alguna cancion que me gusta muchas veces, una y otra vez, me gusta llorar, y tambien me enamoro fácil.