La iniciativa ha sido enviada a la cámara de diputados de mi cerebro.
Actualmente me encuentro en pláticas con la facción más facciosa y fascista de mi faz, pa ver si revivo este blog o le aplico una reforma estructural para evitar su privatización.
El problema estará en la cámara senatorial de mi corazón. Como siempre.
Pero bueno: Al fin que esto es una monarquía parlamentaria. Siempre puedo mandar a la chingada todo y volver a empezar. O todo lo contrario.
La linea que separa a un valiente de un cobarde está trazada con cinismo.
noviembre 07, 2005
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