Reencontrarse en un parpadeo, con la sonrisa inequívoca del que vuelve sin querer necesariamente regresar al principio. Verle tomar café y sacudir los ojos con fiereza. Preparar el set, conseguir el vestuario, desmadrar los diálogos, quedarse mudos. "Lo que hay aquí no será fácil destruirlo" - dice- y luego me entrega una mirada hermosa, y estornuda sobre mi todas las dudas que le quedaban, hasta antes de terminar del café.
Hablar del frío, del calor, de la leña. Hacer una hoguera en medio de la sala y danzar alrededor como apaches exacerbados por la sed de cueros cabelludos. Inventar escapatorias, encontrar el sabor dulce, el retorno al humor, su mano exquisitamente sudorosa y sus antorchas, ah, de nuevo esas antorchas, reviviendo un poco, solo con algo de la brisa de un respiro de calma.
Caminar es complicado. Caminar sin rumbo fijo lo es más. Pero nada más difícil e inútil que la estupidez de fincarse rumbos obligatorios, querer asegurarse de que se sabe el camino (Fasten your seatbelt Dorothy, cause Kansas is going bye-bye). ¿Fluímos? Eso siempre. A veces incluso nos escurrimos, terminamos desparramados en el suelo, somos trapeados por el cansancio de la vida cotidiana, pero en el fondo, creo querer que quiero pensar, sabemos que existe una cortina, un backstage, una sala VIP donde podemos dormitar, retozar, estar tranquilos, confiar en nuestra primera intuición (la que nos hizo estar juntos) y dejar que la lluvia escampe. Bber un poco de café (descafeinado) y reinventar lo que se estaba quedando tieso.
No hay más trama que la que tejemos ahora. Dejarnos en el umbral, caminar de regreso, mirando las farolas. Hablar con el taxista: "Pal vino y pa las mujeres es que nacimos los choferes". Reir de uno mismo. Reir de lo que vivimos innecesariamente. Dormir un poco. Esperar que el alter-ego leñador regrese con más y más combustible para iluminarlo todo. Saciarse con los pequeños placeres. Arrancarse de repente los grandes. Recordar.
Mañana nos espera el casting. ¡Qué delicia!.
La linea que separa a un valiente de un cobarde está trazada con cinismo.
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4 comentarios:
Y el derrame de nostalgia se empecina en cubrir piso, muros, techo. El café es la pócima. La alquimia de la que eres capaz incita a formar círculo a tu alrededor y trotar con pasos caMinados para después erguir tótems y difuminar las efímeras voces de humo. Sea. Es.
You must remember this, a kiss is still a kiss, a sigh is just a sigh, the fundamental things apply, as time goes bye...
chin chin
qué bonito post, leerlo siempre es un gran placer.
comment correctivo: ayer pase al taste gallery ya tarde y no se convirtio en el t lounge, pero los pibes -ya tomadinis- comentaron que habian leido la nota en un periodico, igual que yo. bebi dos refrescantes vodkas y hablamos de los planes. siempre a punto de reabrir el t. el taste bien, pero no tiene al negro con sus blues.
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