La linea que separa a un valiente de un cobarde está trazada con cinismo.

octubre 02, 2006

Más Puessíyas

Ella se marchó a Australia, y de pronto me hizo recordar lo bien que lo paso a su lado. Es nefasto eso: que la gente se vaya para que la quieras aquí. Siempre a posteriori. Y a posteriori parece que no aprendo tampoco. Ya fueron muchas las veces.
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He sentido una displiscencia nefasta en los últimos días. Ya ni siquiera se me antoja escuchar jazz, como cualquier otro lunes. Ya no se me antoja un güisqui, o un mezcal. Ya no se me antoja nadie. Quiero llenarme los bolsillos de piedritas y sentarme en alguna orilla a lanzarlas sobre el agua, en lugar de conversar sobre geopolítica y el dragón chino que nos come-nos come. Me canso de mis posturas. Me canso de las de las otros.
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No pude escapar este fin de semana y de algún modo lo sabía. Casi siempre pasa que todo me pasa justo cuando quiero que no pase nada. Ahora mismo no llevo piedritas, no huelo ninguna orilla del mar, la comida china me cayó un poco mal (el germen sabía raro). Germinar. Tal vez eso. Algo automático. Escritura sin riendas, ni estribos, ni tapujos, ni límites. O quizás un rato sobre los lomos de la vida. A trote ráudo y sin esperanza, como me gusta. Dudándolo todo en santa paz.
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Estoy tan encabronado con cierto personaje. Se marchó así, sin más, sin explicaciones. No hay nada peor que no dejar explicaciones. Es como el suicida que se mata sin avisar, es decir, el buen suicida. Es como una mujer que se lleva a sus niños y desaparece sin siquiera despreciarte. Yo, desde siempre, prefiero los connatos, los enfrentamientos, la cruda exposición de la verdad, cara a cara, a ese tibio silencio de medias tintas que te deja tejiendo hipótesis obsesivamente. Me enferma la gente que tiene miedo al enfrentamiento. Me enferma la gente que sólo sabe entrar por la puerta trasera (sin albur). Me enferma el silencio sin motivos, las huídas que no puede prever el meteorólogo.
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Lluvias y sol con el cielo parcialmente nublado o medianamente despejado. Siempre lo mismo. Es como decir nada mientras se adivina. Por ahora, Octubre me acerca más al tan añorado día de la toma de posesión de Felipito y al caos subsecuente. Amo detestar este país pero estar tan locamente obsesionado con sus personajes. Sobre todo los femeninos.
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En unos días, sin embargo, se acabó cualquier malestar. Iré a ver el único evento que jamás me pierdo cuando viene. Me reiré como desenfrenado ante la genialidad semántica y teatral de los Les Luthiers. Quizás me compre un boleto extra para la función del día siguiente. Tanto me gustan. Claro, ella se marchó a Australia y no podremos ir juntos otra vez. El amigo con el que iré es de derecha, jaja. ¿Cómo demonios puede serse de derecha y gozar a Les Luthiers, escuchar hasta a Silvio Rodríguez y disfrutar el cine antiyanqui? Punto a favor: La derecha aquí no tiene ideología: es resultado de un pánico escénico o de un desdén irracional frente a la izquierda que tenemos. No importa. Les Luthiers me hace olvidarla a ella, a mi amigo y su vieja panistas neoliberales e impúdicos, a la otra que va y viene y a cualquier cosa importante.
***

Pues sí, ya.

Luego escribo algo interesante. Hoy me arde el estómago y me siento malhumorado.


Salud (para mi esófago)

12 comentarios:

Anónimo dijo...

me fui, pero volveré, pues te extraño.

Anónimo dijo...

Ve al Hopital Ángeles, ahi te curan de volada de tu malestar!

cosaensi dijo...

qué le vas a hacer, si eres un caballo.

Anónimo dijo...

Esta medio mamon tu post, de hecho los mas recientes...

Chamirú dijo...

Juar. ¿Quién diablos es Mónica Ortega?

Petate: No mames.

be: (relincho) a hueeeevo.

Anónimo: Bueno, tú sí no te cansas de chingar. Agarra tu cablemódem y llégale.

hugo dijo...

esta maravilloso tu post, me encanta, que bien suena!!!! ja.

so did the chef go?

Alvar Monroy dijo...

Sinceramente tu afirmació de que te molestan las personas que le tienen miedo a los conflictos, y prefieren huir sn siquiera advertencia ni posibilidad de rpevención; demuestra unicamente tu miedo instintivo a situaciones impredescibles y que no puedes controlar. Asi son las peronas mi querido Xamiru, no las puedes predecir con un manual de uso. Igual dentro de 1500 años comienzan a editarlo.
Un abrazo y suerte.
P.D. Buscate un rio, si no encuentras un mar para lanzar piedritas.

Gustavo Villalobos dijo...

Mientras la susodicha australiana no sea universitaria...

AVA dijo...

Me encanta, específicamente el cuarto, el cual siento en este momento, palabra por palabra, sólo que nunca podría escribirlo así. Eres bueno.

Pinky dijo...

No me podia dormir sin leer...te
pero...
Sere curiosa: ¿Porque un caballo?
Osea, vamos, no suena nada mal... Mmmmmh NADA mal...
caballo-Yegua-caballo... insisto, nada mal.
Buenas noches, encantada.
Escribe pronto pliz
Un besito

Pinky dijo...

Seeeee, en ese hospital me hicieron una cirugia (no se vale preguntar cual) Ja!.. imaginate que para aminorar la inflamacion me colocaban compresas de hielo (Hey! no se vale empezar a imaginar que tipo de cirugia!!) Y bue, al termino de la faena, cada puta bolsita de hielo me la facturaron en la modica cantidad de $800... ¿habra sido agua bendita la congelada?...(mal chiste) ah! pero que tal que en las mañanas te pasan a visitar a tu cuarto unas monjitas como de pelicula francesa... de lo mas almidonaditas, (y hasta buenonas jajajaja) el caso es que llevan su planchita para recibir aportaciones "voluntarias" mediante tarjeta de credito...
¿Queeee tal?
mmmmm... ¿Acaso pretenderara el Hospital Angeles ser una sucursal del cielo?
Bueno, bueno, ya se alargo en su comentario la niña... oye, se me antojo un wiskye con ginger ale!!

Pinky dijo...

Monica... disculpa.. eeh...
¿aqui va la fila?... jeje...
Ya niñaaa a dormirrr!!
Chau!