Dejando a un lado la carrilla...

Dejándola de lado un ratito, aunque sea. Es curioso esto de encontrar némesis virtuales, jodederos, jodedores. El ocio. En mi caso es el ocio. Lo admito. Lo peor es que en una de esas, conoces al güey que tanto te chinga o que tanto chingas en la vida real, y hasta te cae bien. Ni siquiera es que desprecie a los individuos en realidad. Es nomás por ejercitar al pequeño sátiro que todos llevamos dentro. Nada personal, juar.

Ayer fue una nochecita bastante salvaje, pero dejó como resultado un pelo corto y negro y unos ojos azules espeluznantes e hipnóticos. Más juego. Más juegos. Puros juegos.

Me estoy aburriendo de los juegos, francamente. Pero tampoco tengo la paciencia para esperar la súbita aparición de una mujer lo suficientemente brillante y exquisita como para lanzarme al abismo otra temporada. Y lo peor es que sé que las hay, sé que están ahí, sé que muchas se sienten solas. Pero por algun motivo me vuelven a atrapar los juegos, me arrastran de vuelta, y para el momento en que regreso la miradaa: ¡zok! O se esfumaron o simplemente he perdido el interés, o alguien aprovechó mis distracciones o lo que sea.

En fin. Ayer Nicole me regañaba por desperdiciar relaciones. A Nicolasa yo le presenté a su actual marido, chale. Ayer lo decía Claudia también (verga, a Claudia también le presenté a su muppet). Creo que debo despejar de mi cabeza a esa mujer que sigue como piedra en los zapatos de mi cabeza. Debo hacerlo si quiero dejar de jugar. Creo que...a la chingada. Voy a tomarme algo.

Pero bueh, un rato de absenta y de juegos me esperan otra vez esta noche. O quizás una cena con ella, para arráncarmela de la cabeza de una puta vez, juar. ¿Suena bien lógico, no? Chale.


Un puto caos...a ver si unos vodkitas lo adormecen.


Ring. Chale, es ella.

Me voy.