La linea que separa a un valiente de un cobarde está trazada con cinismo.

abril 30, 2005

Cosas extrañables (y entrañables también) - Actualizado

1.- Me encantaba su bailecito. Ese bailecito jocosón que acostumbraba. Ambos puños a un lado de la cara. Era como entre falso y cierto. Un gran bailecito.

2.- Madagascar. Y junto a ese pedazo olvidado del mundo, todos los otros viajes que planeamos para nunca hacerlos. Cómo gozábamos adivinando lo que nunca sería. Era re-sabroso.

3.- Ese acento italo-americano adquirido que usaba cuando me leía "Memorias de Adriano" o "Lolitah". Y junto a él extrañaré las mismísimas lecturas. Ninguna otra mujer me había leído en voz alta antes que ella. Qué gran privilegio.

4.- El futuro. El futuro inexistente, pues. Valga la rebuznancia. Extrañaré, sin duda, a nuestras amadísimas hijas que nunca llegaron. Qué bonito sonaba decir XXXXXXX mientras pensaba en dos niñas, las que ella quería con sus treinta encima, pero repletas de sus ojos. Primera vez que me atreví a pensar tan en plural como con ella. Y nuestra eterna e inútil pelea por los nombres, resultó ser igual de innecesaria. Ahora no importa si las llamamos Valentina o Sofía. Sara o Fabiola. Da igual. Nunca existirán esas personas.

5.- El presente. La dura y cruda realidad. Los celos asquerosos pero ciertos. Duele un chingo recordar cuánto te amaron. Duele más pensar que cualquier otro es el que ahora satisface ese espacio tan bien ganado. Y más duele todavía cuando sabes que quien reconoce a ese que ama no lo hace a lo pendejo. Está cabrón, la mera neta. Niéguenlo y mueran, ja!.

6.- Lo más cabrón es pensar en el recomienzo. La reinvención. La otra vuelta de esa tuerca tan llena de miserias. El "ser adulto" (cosa en que no creo fehacientemente) implica el validar que existe una evolución. Es decir: cada amor que se abandona (o se sacrifica) implica cierta fe en que aquel que le prosiga será más manejable. Creemos, aun sin quererlo, que la experiencia nos va enseñando a no descagalarnos con cada derrota. Pero es una enorme y estúpida mentira. Cada derrota duele más que la anterior. Y resulta peor pues nos sentimos, equivocadamente, más preparados cada minuto. Puras falacias.

7.- Y de eso mismo trata lo último. De lo inútil que resulta olvidar el dolor. ¿Por qué? Porque siempre vuelve para repetirse y dictar nuevas cátedras. Regresa y nos demuestra lo insalvables que somos. Lo ingenuos que resultamos. Lo predecibles que podemos ser. Lo incapaces de defendernos que también seremos.

Pura neta reatuda.


Otras lámparas viejas que siguen brotando como por arte de magia:

8.- Las noches en el bar. Los días previos, los encuentros fortuitos que precedieron nuestra historia. Los viajes que sí hicimos. Pie de la Cuesta. Su panza tostada, sabrosa y retacada de pescado a la talla y ginebras ponedoras.

9.- Los días de hueva deliciosa en el departamento de Celaya e Insurgentes, la señora de la tienda, la fondita de abajo. Las miradas de los vecinos curiosos. Los celos de su ex-ex-novio (JA, alguien debe estar gozando de esto también ahora).

10.- Sus lassis de frutas a las 11 de la noche. Su fresez irrepetible. Era una buena compensación. No era una de las otras locas peligrosas y deliciosas con las que he compartido historias tremebundas, eso es verdad. No era una mujer que sirviera para personaje de Bukowski ni para una road movie chaquetera nacional. Pero tenía, por otro lado, una suavidad chingona, una tranquilidad y una soltura que me hacía sentir muy a gusto con ella. No tenía que andar rehabilitándola ni rehabilitándome cada dos días de nuestro desmadre. Eso, for a change, fue algo crucial y que la hacía muy diferente a las femmes fatales que siempre me gustaron.

11.- Sus locuras ñoñas. Correr al nevado de toluca 5 horas antes de tenerme que ir a trabajar, solo porque yo no lo conocía. Dejarles recaditos aleccionadores a los automovolistas que bloqueaban la entrada a su casa: "Ciudadano irresponsable...".

12.- Su cara de gozo cuando le escribía algo que sólo ella comprendía, lleno de auto-referencias. Decenas de cartas que dejaba en su computadora escondidas, mientras dormía, y yo me quedaba despierto, merodeando. "No me gusta que andes merodeando en mi casa mientras estoy dormida..." siempre fue su manera de pedirme que le escribiera algo esa noche, porque estaba muy cansada para seguirme la peda.

13.- Un año nuevo bailando con desconocidos en la Bodeguita del Medio, a la cual nos dejaron entrar solo porque iba guapa y le sonrío al gerente con tanto poder, que se olvidaron los protocolos de su cena privada y nos dejaron pasar como si nada.

14.- Las diecisiete mil películas horrendas que tuve que ver con ella. Nuestra total y absoluta divergencia en cuanto al cine. Sus ronquidos en las películas de los Cohen, mis ronquidos en los filmes de animación o en los chick-flicks que nunca volveré a nombrar.

-----------------------------

Ahí va saliendo mi listita, Dr. Mierzwiak. Estas son algunas de las cosas que quisiera olvidar de mi Clementine. Y contando.

------------------------------------------------

15.- Su amor por todo lo que tuviera que ver con chocolates (sin avellanas) pasadas las 5 de la tarde, y en especial si era domingo. En lugar de micheladas o cualquier otro remedio para la cruda existencial. RAro pero saludable, ja.

16.- Sus fideos secos. Prácticamente lo único que disfrutaba cocinar. (aunque casi todo le salía de poca madre, claro, para mis estándares). ADerezados con chipotles de esos que no pican y bueno, ella les ponía toneladas de crema, yo solo un poco. Quedaban de poca madre.

17.- Su memoria de pez. Podía contarme siete veces la misma historia en un mismo día. O semana, o mes. Sin embargo, no me molestaba en lo más mínimo. Disfrutaba su cara y su interés al volver a escuchar sus peripecias que, con mi memoria de elefante, siempre recordaba con pelos y señales.

18.- Sus múltiples viajes y la correspondencia. Esos mails no los volveré a escribir. Le encantaba ser extrañada porque le escribía con más y más desesperación cada vez. Siempre con cuentitos cortos, pequeñas historias, cosas ñoñas, claro está. Es más, este post es la última ñoñez que escribo (en este blog). Ahora seré rudo, malo, desadaptado e infeliz pero rabioso. Ja!

19.- Sus caderas, las mismas que poblarían el planeta marte. Cómo se lo dije, cómo le gustaba (casi como a todas las chavas) que le dijeran que se veía guapa. Pero ese asunto de las caderas en relación con la capacidad de poblar planetas enteros ejercía un poder enigmático en su humor. Me libré de algunos pleitos con eso.

---------------------------------

Cinco más para sufrir hoy, Doctor. Espero poder seguir borrando (y apurar el paso, pue sno tengo toda la vida para olvidarla).

Y ya quisiera escribir de otra cosa. Nomás que ando tapado con toda esta puta remembranza Funes-ta. Perdone el que lea.

20.- La megapantalla. La primera vez que salimos. El regreso, largo y a pie, desde el bosque hasta la civilización podrida. La lluvia de julio que no daba tregua. El verla quedarse dormida. El leer juntos sus libros de paisajes musulmanes. El encanto de sus ojos

21.- Sus banditas para el pelo. En particular una de color naranja, como su casa y sus trabajos y sus diseños, siempre naranjas. Su melena sin rumbo. Ese pelo quebradizo, ensortijado, raro, que olía tan bien como ella. Su rubor cuando le decía lo mucho que la deseaban incluso las mismas calles, y su asfalto hambriento.

22.- Su afición treintona por Daniela Romo. Verla cantar eufórica mientras bailaba al ritmo de “Lo juro, lo juro”.

23.- Su espíritu viajero. Lo mucho que conocía el mundo, a diferencia de mi, que soy alguien cuyas fronteras no pasan de Ecatepec y Xochimilco.

24.- Los chocolates del atardecer siempre me recordaron a las trufas. Unas trufas espectaculares. Chocolatosas como nada. Por esas bailamos la única vez que bailamos. Qué ricas. Qué fugaces.

25.- Películas de animación: Realidades aparte. Nada que tuviera que ver con lo horrible que puede ser el mundo: Al contrario. Cosas suaves. Cosas dóciles. Cosas risueñas y enormes como sus sonrisas perpetuas. Ni más, ni menos.

26.- El hecho de extrañarla. Por sobre todas las cosas: Extrañarla a ELLA. Nunca jamás escribí, (ni escribiré), cosas tan pero tan pero tan nostálgicas. Extrañarla era como extrañar la vida. Como extrañar el aire. Como extrañar el extrañamiento. Cosa muy extraña.

27.- Los domingos. Ella los odiaba. Yo los esperaba ansiosamente. Mis domingos acabaron siendo sus domingos. Días para estar. Días para quererse sin importar el sueño que tuviéramos. Así nomás.

28.- Ventanilla coincidió con Marte. Marte cerca, ella lejos. Pero no tan lejos como para no poder ver por la ventanilla. La ventanilla acabó siendo la ventanilla de nuestra historia. Nunca tan abierta, nunca tan cerrada. Siempre expectante.

29.- Los celos que jamás amainaron. Nunca conocí a su padre. Nunca conocí a su madre. Nunca me presentó a su ex novio. Nunca ellos podrán extrañar lo mucho que pudiera significarles. Tanto miedo. Tanto miedo para nada.

30.- Las ciudades invisibles. Sí. Amarla fue exactamente igual que vivir una larga travesía a través de ese mismísimo libro. No por nada me lo leyó tantas veces. Le encantaba la aventura, sí, siempre y cuando fuera sobre papel pautado. Pero qué bonito leía las cosas imposibles. Tal y como nadie.

31.- Su tía. La tía Cecilia, la que nunca conocí tampoco. Ella leyó lo mucho que la amaba. Incluso le dijo, varias veces, que mi amor no era una patraña. Casi a golpes, casi como si fuera importante, casi verdadero. Lástima que no fue suficiente.

32.- Un primer beso memorable: “Oye, mi regadera no sirve, ¿puedes revisarla?”. La revisé hasta que pude besarla con enjundia. Se dejó como nunca. Le encantó como si fuera un beso eterno. Increíble.

33.- Una lluvia larga, larguísima, eterna. La revista Chispa en medio de mis confesiones. La tercera dimensión pintada en un poema que no leyó hasta que se fue, nuevamente, en uno de sus viajes.

34.- Monty Pythons, Woody Allen, Nabokov. Cosas que no se repiten. Recuerdo cuando le pedí “Eternal Sunshine”. Estaba cansadísimo y dormitando mientras ella la veía. Le encantó para siempre. Me la quedé por orgullo.

35.- No quería marcharse de Celaya. Era su sitio. Lo había edificado palmo a palmo. Con todo y Paty P. Con todo y los vecinos, la tienda, la fonda, yo mismo. El miedo enorme que le dio cambiar de rumbo.

36.- Ponte el cinturón.

Me da miedo.

¿Me amas?.

Esas cosas le pasan a la gente como tú, que cree que no le va a pasar nada.

(Dios, dios, dios, espero que me pase muy pronto.)


Algo como ella.


Pero lo dudo.

abril 29, 2005

Ahogado

Sí, andaba ahogado de pedo, como algunos pudieron notar rápidamente.

Agarré mi peda nacional, mi peda juangabrielera, mi peda patética y chillona. Me puse a chupar y a ingerir drogas a la jose alfredo jiménez. Qué puto asco me doy.

Pero cómo extraño a la mujer que me tiene tan madreado. Bueno...obviamente no es ella. Es solo la idea buen pedo que tengo de ella. El recuerdo de un par de años chidos que pasamos juntos. Y como siempre, la bella ley de Murphy decidió reunirnos de una forma por demás maravillosa y asfixiante.

----"Y en este cuadro podemos ver exactamente el momento en que se le rompe el corazón...."

Sí, me recordó a los Simpson. Qué ridículo.

¿Por qué chingados existen las exparejas? A veces, puta madre, realmente quisiera que existiera algo como Lacoona, Inc. donde pudiésemos acudir para borrar de nuestra mente a las personas. Todas esas putas expectativas no cumplidas, las cosas que planeas y que no alcanzas a hacer porque tu puta relación se va a la chingada justo antes de haber ido a Madagascar o a Xochimilco. Esos detallitos mierderos son los que me chingan.

Juro que no es el hecho de verla contenta, en brazos de un cabrón más feo que yo, ruco y pretenciosón. Lo juro. Juro que no son celos, ganas de estar con ella, sensación de que mis dos últimos años también estuve perdiendo el tiempo a lo pendejo. Juro que no es nada de eso lo que me tiene molido. Ja.

Este día del niño, tendré que regalarme algo. Mis kleen-bebé suavelastic y un pañuelito para las lágrimas y una perita para los mocos.------------- Me lleva la verga.

Chingaderas que son también Realidades.

Me queda claro que no tengo remedio.

Es más, hoy mismo escuché cosas así de estúpidas:

- Mejor es no comer nada. Así te quedas como estás.
- Cierto. Tienes razón. Vale la pena equivocarse para siempre. Mejor es no saber nada.


---------------

Soy un cabrón muy feo. Es decir, soy feo aunque me contradigan. Vale madres, sigo siendo feo. Sin pena ni gloria. Sin recompensas ni castigos. Feo a secas. Y me hace muy feliz, créanlo o no.

-------------------------------

Es una inmensa hueva creer que no es cierto. Me vale absolutamente verga: Soy feo, y qué.

Peor es creer que no lo soy. Peor es pretender que nadie lo ha sido. A chingar a su madre. Somos feos, y qué.

------------------------------

Sin duda hay algo intolerable: Toda esa gente que cree que no hay pedo. Toda esa inmensa bola de pendejos que creen que son lindos. A la verga. Chínguense todos. Nadie vale nada, y punto.

-------------------------------------------

Tengo clarísimo que me espera la soledad. Una soledad llena de nombres, a huevo, pero una soledad al fin y al cabo. Una soledad asimilada. A chingar a su madre.

-------------------------------------------------------

No quiero creer en ninguna pendejada. No quiero creer, tampoco, en nada que no implique sentirme acompañado. Vale verga ( y qué). La soledad es tan alimenticia como la absoluta perdición. Todo depende de cuánto nos traguemos ambas posturas.

------------------------------------------

Quisiera olvidar. Es más, quisiera olvidar para siempre. Quisiera olvidar sin estragos. Quisiera, pues, poder olvidar como si nada. Y por desgracia no se vale. Hay que recordar cuando menos todas las pendejadas. Hay que asimilar. dientes pafuera, que existe el putísimo presente.

----------------------

Solo queda el sueño. Ni pedo. Nada más allá del sueño, o de soñar. Jodidos somos y en el camino andamos. A soñar se ha dicho. O lo que es lo mismo, a divagar se ha mentado. A mentar todos. A mentir todos. No hay escapatoria.

-----------------------

Salud.

abril 24, 2005

Los niños y los perros.

Hace unos días vi una niña pequeña por la calle. En su cintura ínfima se ceñía una tela que la mantenía atada a su madre. Un cinturón ajustable, tenso por el vigor con el que su madre caminaba, mientras la niña se quedaba muy atrás, dando pasitos minúsculos, sin poder llevar el paso de su captora y con el rostro desfigurado por la rabia impotente que le inoculaba semejante trato. Una niña pequeña. Tres años a lo mucho. Con doctorado en humillación.

Hace unos días vi también un perro. No era un perro común y corriente. Era un perro amado. Un perro humanizado y perfecto. Un perro que probablemente puede hablar, pero no le interesa. El perro en una carreola, la carreola empujada por una orgullosa dueña. Un perro catedrático, solemne, un perro para grandes ocasiones. Perro con buenos modales. Perro alimentado con largos y jugosos filetes de arrachera sonorense. De postre unas trufas.

-----------------------

Con el mazo dando.

A los niños hay que romperles la madre seguido. Nada de tolerancias jipitecas: "Cariño y Rigor". A los viejitos hay que ayudarlos a morir, mientras más pronto mejor. A las mujeres hay que golpearlas hasta que queden enjutas e inservibles. A los hombres hay que mentirles y si hay oportunidad, castrarlos. Y no simbólicamente. A los bugas hay que violarlos hasta que les nazca el gusto, entre lagos de sangre rectal y amor propio hecho moronga. A los gays hay que exhibirlos en los aparadores hasta que se aburran de ser tolerados y asimilados. A los políticos hay que darles de comer frijoles de olla y huanzontles crudos. Luego mandarlos a la milpa hasta que les caigan los dedos. A los futbolistas hay que obligarlos a leer toda la obra de Kant y si siguen igual de estúpidos, les damos a Yépez. A los judíos hay que hacerlos carnitas y cocinarlos junto a los cerdos. A los musulmanes hay que cortarles el glande para aderezar con él uno que otro martini. A los católicos hay que seguirles vendiendo porno puerco, para que sigan entretenidos mientras gozamos con sus esposas, sus hijas y sus madres. A los new-age solo hay que emborracharlos, sus creencias son tan flácidas como sus mentes oportunistas. A los amigos hay que mentirles, embaucarlos, robarles cuando se les visita, venderles por el menor precio posible, matarlos si es preciso. Hay que robar, hay que mentir, hay que matar, hay que hacer sufrir al prójimo. Hacer sufrir es la mejor cura para evitar el sufrimiento propio.

Bajo esa premisa, me pregunto qué debo hacer conmigo. ¿Dejarme vivir o dejarme morir? Ambas soluciones me resultan intolerables.

Qué paradoja. Qué pendejez.

abril 19, 2005

Estúpido entusiasmo

El entusiasmo es el mal contemporáneo.

Entusiasmo: Léase, desde Chabelo hasta El Papa. Desde el buen Yisus hasta la Chispa de la Vida.

Por el entusiasmo es que hemos sido engañados tantas veces. Como especie y como individuos. Cada vez que se presenta, pum, creemos ciegamente en cualesquiera que sea la pendejada que lo produzca. Dejamos de ver, se nos olvida pensar. El entusiasmo es el falo procreador del dogma, la alienación política, el amor ciego y todas las demás pendejadas que acaban por frustrarnos o llevarnos a nuestros pequeños cataclismos. El entusiasmo hace más daño que una garnacha de origen dudoso, relleno dudoso, sabor dudoso pero consecuencias diarréicas fehacientes y constatables.

Por eso prefiero la diarrea al entusiasmo. Las dudas al entusiasmo. Casi cualquier postura es mejor que la del entusiasta. Mejor jugar a no jugar, como decía el mamón de R.D. Laing. El discurso del no discurso. El nihilismo asimilado de Batio. El hedonismo sin culpas de los psicópatas inofensivos. Cualquier cosa menos la ceguera autoinflingida y estúpida del que cree creer en lo correcto.

Recuerdo uno de mis entusiasmos más recientes: año nuevo del año 2000. Yo, entusiasmado por mi recientemente redefinida vida en pareja, al lado de una bailarina cirquera esquizoide que por aquel entonces amaba con harto entusiasmo. Entusiasmado vi llegar el 2000 en una tele en blanco y negro, al lado de mi loca en turno, en canal once. Proyectaban todos los años nuevos del mundo, porque ese era el año del milenio falso, el Y2K, el año en que haríamos contacto (con nuestra renovada estupidez).

En nuestro jacalito defequense, vivíamos nuestro amor enfermo y sin barreras. Yo, recuerdo que decía en voz muy alta, estaba seguro de que "este debía ser el siglo del nuevo renacimiento, el siglo donde la humanidad finalmente aboliría la religión, al constar su inutilidad y la gente comenzaría a ser gente y no pequeñas hordas de imbecilidad..."

Por supuesto la imbecilidad era la mía. Y la esperanza fatua era la mía y no la de las pequeñas hordas nada más.

Un mes después me llamaron por teléfono, y desde esa misma cama recibí la noticia de que mi padre se estaba muriendo en un hospital del IMSS. En un principio era un poco inverosímil la noticia, pero contando con que no lo veía en cuatro años, me pareció posible y me dispuse a caminar hasta su helecho de muerte.

En efecto, el pobre cabrón tenía una cirrosis galopante. Y por desgracia no era por los litros de alcohol que se metía con disciplina y tenacidad. Un pinche virus pendejo, pobre cabrón. Se murió semanas después, hinchado de no poder mear por falta de riñones, hígado y en general, masa corporal que pudiera digerir siquiera el agua. Una muerte asquerosa.

Era mi oportunidad para el entusiasmo. Cualquiera podría pensar que era mi momento para abrazar a dios y pedirle por el cabrón de mi jefe. Ni madres. Seguí, con doloroso entusiasmo, creyendo que la medicina lo podría rescatar de su desidia. Ni madres. Y luego de eso, seguí, con entusiasmo, viviendo mi parejita con entusiasmo, fumando mi motita con entusiasmo, y creyendo aún, que este sería el nuevo siglo de las luces.

Después vino la debacle la parejita, la debacle de la esperanza del patético nuevo renacimiento. También vino el papa y la gente, más pendeja y gregaria que nunca, saltó a la calle a masturbarse el alma con el fetiche del papa-móvil y el viejito asesino que lo habitaba por escasos instantes sobre avenida revolución.

Me costaría otro par de años abandonar el entusiasmo finalmente. Claro que, como buen cobarde, ahora me sigo cobijando en sustitutos como la euforia o la pazguatez quejumbrosa. En realidad vivo ambos en intervalos a veces tan cortos como lo son 15 segundos. Pero me siento menos sucio, menos seguro de mis pendejadas o de las de otros. Más coherente, en cierto modo, con el no vivir a largo plazo. Y aun cuando pienso en mi propia muerte de vez en cuando, juro que no me tienta volver al entusiasmo. No quiero ser un born-again enthusiast.

Prefiero aplaudir la coherencia del comunista (o la del dictador) a vivirla en carne propia. Tal vez por puto, tal vez por comodino, o tal vez porque ninguna de esas garnachas me llenará jamás.

Ni el próximo cuerpo, ni la próxima personalidad, ni la próxima droga de la que me enganche. Y no es que me sienta mayor a lo que el mundo tiene que ofrecer, sino que evaluar qué tanto me interesa ya no me importa tampoco.

Hm.
Qué desastre de cabeza tengo hoy. Me voy a buscar algo de euforia para endulzar mi día. Algo de jazz, chupe y aderezos estará bien. Aunque no me quito de la cabeza las ganas de enamorarme pesado, con mucho entusiasmo.

Puto que soy.





abril 16, 2005

Visitas a la cruda realidad.

Que no quepa ni la menor duda: Laord tiene razón.

Es más: Tiene toda la puta razón del mundo. Dice las cosas más sensatas que se pueden decir, políticamente hablando. Me postro ante su postura. Sobre todo porque sé que no es un pinche revolucionaro de chatroom más. Por el contrario, es de las pocas personas que siguen teniendo los huevos de defender su radicalismo sin pudor. Salve pues, master Laord. De gente como usted depende la poca esperanza del mundo.
-------------------------

Hoy me fui de pedo: Es decir, me empedé hasta el más inverosímil de los hartazgos, pues. Sin pena ni gloria, revisité los lugares donde empedarme era y seguía siendo seguro. Y siguió siéndolo, evidentemente. Fue solo que, lastimeramente, me topé con realidades crudas que no quería vivir de ningún modo. Y por desgracia no hubo chance de elegir. Lástima: Hoy me quedó claro porque el mundo es tan mierdero como nos consta, y, sobre todo, me resultó perfectamente entendible porque la izquierda no ha logrado una chingada pa remediarlo. Ni más ni menos.

Estando sumamente pedo, llegué a un habitáculo chilango donde se congregan muchos de los que quieren seguir chupando y no pueden. Al menos no en los putarracos bares condeseros de donde provienen. Y por eso es que llegan al "Burbu", donde las chelas fluyen hasta pasadas las cinco y nadie la hace de pedo si resultas estar más ahogado que los muertos del Titanic. Un magnífico lugar, obviamente, siempre y cuando se le juzgue conociendo su contexto: Lo mejor que puede ofrecer nuestra pusilánime vida nocturna condechi, pasadas las dos de la mañana.

Así fue que llegué bien pedo al susodicho lugar. Sin mayores problemas conseguí que me sirvieran una chelita, para no andar sediento. Sentado en la minúscula mesa, alcancé a escuchar la conversación de los greñudos adyacentes, quienes, apenas unos centímetros separados de nuestra debacle, vociferaban contra el IMCINE y su elitismo pedorro y constante.

En mala hora se me ocurrió andar coincidiendo con los susodichos pendejos. Tuve a mal decir lo mucho que me cagaba el hecho de que el IMCINE llevara tanto tiempo apoyando mamadas pseudo-hollywoodenses, y queriendo que el cine mexicano se postrara ante el lenguaje gringofílico y pendejo de la cinematografía gabacha. En ese mismo momento fui convertido en quién-sabe-qué chivo expiatorio, no lo sé. Pero mi interlocutor se dedicó a cagotearme con una saña increíble: como si yo fuera el mismísimo ejecutor del elitismo cultural de nuestra cagada de país.

Peor aun resultó mi defensa. Incrédulo frente a tanta pendejada, se me ocurrió decir que el pedo de nuestra amada izquierda se debe a que gastamos mucho tiempo, energías y argumentos luchando unos con otros. Y que la cosa que nos hacía débiles como izquierda, era precisamente nuestra incapacidad de formar frentes comunes contra la solvente ultra-derecha que nos chinga cada vez que quiere., por el simple hecho de que sabe congregarse y patalear.

No se me hubiera ocurrido decir tal pendejada: El que antes fungía de mediador entre el cineasta y yo mismo, se puso como energúmeno. Comenzó a escupir sin pudor alguno mamadas como que "mis pantalones eran levy's" y "me esperaba un coche ahí afuerita". De nada sirvió demostrarle que mis jeans eran marca libre, ni que no había ningún coche esperándome ni en sueños. La cosa estaba resuelta: yo era un puto burguesoide oportunista a los ojos de este par de pendejos.

Menos mal que se largaron rapidito. Y mejor aun que no indagaran en sus propias teorías pendejas, pues nos hubiera llevado a unos muy tristes madrazos. Yo, tristemente, me di cuenta de lo jodidos que resultamos los de izquierda cuando queremos pasar como grupo político.

Y, sin saber cómo ni cuándo, me di cuenta muy de repente del porque más íntimo y constatable que me hace admirar el cinismo de personas como el chango. No cabe duda que no hay otra solución. La esperanza política es algo patético: A gozar se ha dicho.

abril 14, 2005

Ni pedo. Chingue a su madre la democracia.

Veo que no hay chance ponerme íntimo todavía. Apenas dos se atreven y contestan mis peores temblores. Uno que no me conoce, pero que vaya que me entiende.

Otra es la que más me conoce, y sin aprovecharse de ello, me cagotea herméticamente, pa que nadie la entienda.

La cosa es que no hay chance de ponerme denso. Nadie retroalimenta mi densidad. Todo el mundo le saca y prosigue con su predecible discurso. No los culpo. El anterior era un post demasiado peligroso. Menos mal que pasó desapercibido.


Ahora que ya no hay pedo, diré con toda claridad: CHINGUE A SU MADRE LA DEMOCRACIA. ¿Pero quién chingados inventó la mamada esa? Y no me salgan con historicidades pendejas. Que a nadie se le ocurra decir que el pobre imbécil de Demócrito salió con semejante pendejada. Históricamente podrá ser correcto, pero vaya que vivencialmente resulta muy pendejo pensar que los pobre griegos tuvieron algo que ver con lo jodido que está el mundo hoy en día. Ni madres. No me compro ese avión tan mamerto.

Habrá quien recuerde la democracia griega. De eso estoy seguro. Por desgracia, todos aquellos que tengan los huevos de mencionarla, fallarán en recordar que la Atenas Demócrata de sus chaquetas mentales era muy distinta a la gringolandia donde Bush ganó hace apenas unos meses.
La "demócrata" Atenas era un sitio donde solo los "ciudadanos notables" tenían derecho a pendejear duramente. Nada de orates. Nada de radicales mamavergas de la beligerante Creta. Puro "vergudo" selecto. Sin pie para las posibles desfachateces. La pura y dura crema y nata de la chingonería ateniense.

---------------------------------------------------------------

Alguien tuvo una idea muy pendeja entonces:"Todos los ciudadanos debieran tener derecho a elegir". Y peor aun: "todos los que padecieran (vivieran) el Atenas de entonces, estaban en su derecho de llamarse ciudadanos". Así fue cómo empezó la catástrofe. Alguien (y seguramente algún sofista como yo), tuvo la brillante idea de pensar en "la mayoría" como algo digno de tomar decisiones.

Y de ahí que pendejos como Bush se escuden en dichas "mayorías" para darle en la madre al mundo. Y claro, cualquier politólogo (o historiador) pudiera decir que ha sucedido mucho más que todo esto que digo, mientras tanto. Desgraciadamente, lo cierto es que algún pendejo, en algún momento, creyó que la "mayoría" merecía tener la razón y de ello se derivan todos los "demócratas" que hoy en día le están dando en la madre al mundo. Mayorías inmersas en una pendejez irresoluta: Basta con recrear la muy democrática elección gringa en noviembre del 2004. Todo lo demás brota por sí solo.

Ni qué decir de nuestro México democrático. El mismo donde por 70 años gobernó el mismo algoritmo. Y donde, apenas tuvimos chance, le dimos el poder de vuelta a Porfirio Díaz. El mismo México donde las mayorías importan un pito, si se trata de eliminar todo aquello que amenaza la continuidad sustentable. Y mucho más admisible aun, si se trata de alguien tan sistemáticamente asimilable como el pobre guey que llamamos López Obrador, y sobre el cual muchos fincamos nuestras democráticas esperanzas, creyendo que serían respetadas bajo esta supuesta nueva tónica que simbolizaba la pluralidad foxiana. Pura chaqueta.
_________________________________

Por eso mismo. Que chingue a su madre la democracia. Y antes que nada, que chingue a su madre el cónclave cardenalicio. Que nadie se trague al próximo impostor de cristo. Que nadie se trague tampoco la supuesta sabiduría resultante de la historia.

Seguimos, verdaderamente, igual de impredecibles. Que el hambre y el dolor prevalezcan sobre la conformidad y la comodidad de los mediatizados. Que el verdadero y último de los caos se presente. Tengo ganas de presenciar cosas indómitas. Deseo una verdadera disyuntiva entre matar y morir. No más pendejadas capaces de ser discernidas como buenas o malas. Por favor.

abril 12, 2005

Pura honestidad (demócrata)

Algo no estoy haciendo bien. Está más que claro. Desde que abrí este pinche blog, hace apenas cuatro pinches meses, todo parece funcionar al revés: Palabras más, palabras menos, resulta que muchos de los que me conocen de toda la vida, lo encuentran truculento, malo, pernicioso e intencionado (por citar los adjetivos menos desmadrantes). En cambio, un decente número de lectores que personalmente desconozco, me alienta enfáticamente, vez con vez, a sacar otro pedazo de mi esquizofrenia a relucir. Y yo, egóico pero ecuánime, entro en salvajes conflictos.

A manera de excusa universal, puedo afirmar contundentemente que nada de lo que escribo aquí pertenece de forma determinante a mi persona. No creo en nada de lo que escribo. Ni tampoco escribo todas estas pendejadas para creer que me las creo. Ni lo uno, ni lo otro. Así de putín resulto. Así de carente de posiciones y de ideas. Soy un simple, sencillo, común y corriente pendejo. Un pendejo al que, como a todos, los fenómenos se le presentan cada puto día, y como buen miembro del club de los pendejos, no me siento capaz de explicármelos de un modo determinante y final. Al contrario: tiendo a desvariar y luego a ser incoherente hasta la estupidez. Tiendo a dudar de todo porque nada me convence absolutamente, empezando, desde luego, por mis propios argumentos. Soy la cagada más alejada de la fe que existe en este puto universo. Bueno, tal vez no tanto. Bueno, quién sabe. ¿Lo ven?

Todos los patéticos posts que me he atrevido a vomitarle al ciberespacio, resultan ser los equivalentes a una foto instantánea de mi pendejez vivencial. Un retrato de las estupideces que siento momentáneamente, casi siempre contaminado por historias, drogas o certezas que desaparecen obligatoriamente en muy poco tiempo. Casi siempre son horas, aunque a veces es mucho peor: apenas minutos, segundos, instantes inatrapables.

---------------------------------------

Hoy pensaba decir que me caga la democracia. Pensaba cómo decirlo de una manera cáustica y eficaz: Me caga la reputa democracia. Me niego a seguir aceptando la voluntad de las supuestas mayorías. Me cago en la mayoría y en la sabiduría consensuada. Me cago en la repetición y en los historiadores (perdón, Noemi y los que me falten). Me cago en el inconciente colectivo Jungiano simbólico y pendejo. Me cago en los que le adjudican su propia insatisfacción (me cago en mi, chale).

Pensaba cagarme en todo eso y además hacerlo público. Renegar de nuestra occidentalidad comodina y repetitiva. Renegar de nuestra debilidad por cogernos sólo a los "elegidos". Renegar de nuestra facilidad para andar "eligiendo", filtrando y depurando a nuestros supuestamente "semejantes". Pensaba hacer todo un largo y arquitectónico post al respecto de lo estúpida que resulta la supuesta libertad y, por ende, la política, la sociología, la sicología y muchos etcéteras después, la mismísima frustración (o su equivalente: la satisfacción).

Pensaba en todo eso y me dieron las 5. Recordé que tenía que trabajar en breve. Acudir a mi propia vida y ser indulgente con mis enterísimas pendejadas. Olvidar todas mis "descreencias" para vivir la mía propia. Volver al redil donde juego a ser invulnerable, y donde creo efectivamente que controlo todos mis actos. En fin. Sencillamente me di cuenta de mi propia trampa. Aunque en realidad sólo me doy cuenta mientras la escribo, la delimito, la nombro y la vivo, irremediablemente.

Y es por eso que ahora decido callar. Dejar de escribir. Pensar en qué, por todos los cielos, demonios y perros, podría decir luego de esto. Esto que tanto me desnuda frente a mi mismo, y que destierra cualquier otra posible "polaroid" que mi mente se pueda tomar después.

Ojalá suceda algo, aun si dentro de mi levedad, que pueda empujarme a decir (pensar) cualquier otra cosa digna de ser narrada en este espacio. Ojalá (bienvenida la fe). Me siento (aquí viene la polaroid) sumamente vulnerable. Admito mi dolor. Mayéutico y estúpido, afirmo junto a Dios que no sé nada. Ninguna cosa. Y sin embargo, estúpidamente, anhelo el amor.

Qué desnudamente imbécil resulto.

Pido perdón.

abril 10, 2005

Mientras digiero la de hoy.

Añoro todo aquello que no tuve
lo que tuve, retuve. Y eso no me lo quita nadie.
Añoro solamente, lo que no vi ni en pintura.
Lo que no quise que ocurriera
lo que olvidé por desidia
lo que no escuché por ciego.
Echo de menos, me hace falta
lo que no viví ni en sueños.

Añoro, por ejemplo, no haberme follado a Marta.
Pensando mientras tanto, que me follaba a su hermana.
Y añoro esa muchacha que jamás he conocido
y que espera ansiosamente el amor mío.

Y esa rayita, y esa pastillita
que no tomé contigo aquella noche.
Me duelen los recuerdos, por no haberte conocido
ni amado, ni violado, en un confesionario.
Quien pudiera haber gozado, de la luna y de tus besos
en aquel acantilado, dentro de un cadillac rojo

Y por cierto...
Se me olvidaba decir
Se me olvidaba decir
Se me olvidaba decir
lo que te vine a pedir.

Si quieres bailar conmigo esa canción tan bonita.
Aun no existe todavía
pero es mi canción preferida.

Estoy triste, voy de luto
como si se hubieran muerto
esos seres tan queridos
que fueron mis enemigos

Me duele la cabeza
no me quito esa resaca
ayer me quedé en casa
no tomé ni una copita

Tampoco maté a nadie
y eso que hay quien lo merece
por pereza o por cobarde
nunca quise o nunca pude
Y añoro esos zapatos que no tuve
mis pies pisan descalzos
pues yo siempre ando desnudo

Y eso que nunca me pinté
con purpurina todo el cuerpo
ni me subí a ese campanario
pa gritarle al sol y al viento: Me cago en la madre que parió a esos mamones chilchaleros que me están chingando la existencia

Y por cierto...

Se me olvidaba decir
Se me olvidaba decir
Se me olvidaba decir
lo que te vine a pedir.

Si quieres bailar conmigo esa canción tan bonita.
Aun no existe todavía
pero es mi canción preferida.


Y añoro no haber muerto cada día
cuando llegue la muerte no sabré qué hacer con ella
a lo mejor la palmo y resucito siendo un cerdo
me olvido de que existo
y así no echaré nada de menos

Engordaré de prisa en el corral de las mentiras
comeré lo que me echen
como cualquier cerdo bueno
hasta que un día el granjero me se lleve al matadero
y convierta en embutidos mis recuerdos más grasientos

Entonces piensa en mi
recuérdame, amor mío
cada vez que te tomes
una tapita de chorizo.


Albert Pla


abril 07, 2005


Los hijos del señor siempre quedan insatisfechos

Padre, he pecado.

Confiésote padre, algunas de mis muchas atrocidades.

Fui comunista, sí. Un sucio e infiel comunista. Un cerdo totalitario marxista-leninista. Casi toda mi infancia y adolescencia y sin entender cabalmente lo que eso significaba. Sentí una empatía desde mis primeros años, hacia la simbología y pretensiones sociales del comunismo. Luego renegué, como muchos, de su "aplicación práctica-histórica" (como buen vencido) y me sumé a las filas de los que creían en el comunismo "ideal". Y luego me valió madres. Me puse a beber, a fumar, a comer, a coger, a cojear, a pensar, a dormir. Y sin embargo, jamás me sentí atraído hacia el otro lado de la trinchera. Orwell dijo, siguiendo la tendencia referencial de los blogs que he visitado esta semana, que toda persona inteligente debía ser comunista a los 16 años, aunque si lo seguía siendo a los 40, estaba en pedos. Todavía no llego a esa encrucijada, pero ya ahora estoy más convencido de otras sabidurías que de las que promueve el comunismo o cualquier otra postura política radical, que no sea, claro está, la de la inmediata y total eliminación de los imbéciles de la faz de la tierra. (Como la que propuso un bombazo en el azteca mientras todos bailaban y cantaban junto al papa, pero a escala global y simultánea). Desde luego son utopías, chaquetas mentales, absurdos sabrosos que siempre se me olvidan cuando me enamoro de la histérica furibunda siguiente.

Me quedé, digamos, con un pie en la izquierda y el otro metido en el culo de la desesperación globalizada. La necesidad de chingarle para sobrevivir y las ganas de pasármela lo menos de la chingada posible mientras tanto, fueron, tristemente, tarea suficiente para ocuparme desde que aflojé mi postura política. Salve la clase media en extinción, pues de ella provenimos todos los eclécticos comodinos, huevones y hedonistas que mayoriteamos la blogósfera.

Sin embargo, en mis años universitarios (qué digo, secundarianos y preparatorianos también) y guíado más por una inclinación hormonal que por un argumento o convicción real, me di cuenta de que las chicas de izquierda eran más atractivas, más pensantes, más compartidas y, aunque algunas no se bañaran muy seguido, eso no era impedimento para la ansiedad de un guarro como yo. Fue el deseo de esa carne activista, beligerante, quejumbrosa, vengativa, sedienta de justicia y envuelta en consignas revolucionarias la que me hizo reparar de mi falta de compromiso político, y volver al redil de la izquierda.

Admítolo padre, la sociedad a veces me vale madres, pero las muchachas de izquierda excitan mi paladar y mis pocas neuronas tanto como ninguna. Soy un asco. Un inventor de clichés patéticos. Quizás no todas sean así. Pero las que rondaban mi círculo izquierdoso hace unos años se ajustan perfecto a estos lineamientos generales. Qué putín y condescendiente sueno. Padre, perdóname.

He sido, en los pocos meses de existencia de este blog, justificadamente amenazado de muerte, de putazos, de violacion con objetos punzocortantes y peor aun, de ser obligado a ver la transmisión simultánea de las exequias del papa mientras me alimentan de betabel, chayotes y otros platillos macrobióticos, mismos que me obligarán a deglutir con un rico licuado de nopal, al tiempo que me ponen gotitas de salsa de habanero en los ojos, con música de fondo de Rigo Tovar. Anónimos y anónimos, usando un lenguaje muy similar, me esperan día y noche en los panuchos de cochinita del mercado de medellín, todo para hacerme ver mi suerte. (aunque después del habanero no sé qué tanto pueda volver a ver)

Es por eso que, hoy que el último de esos anónimos, haciendo gala de su capacidad semántica y de su sentido del humor, ha decidido llamarme un "GRAN GRAN imbécil" (todo por decir que prefiero vivir en Cuba o Venezuela a recetarme este país de pendejos católicos del yunque, que le tienen miedo a un guey tan asimilado por el sistema como el buen López Obrador...y que siguen creyendo que en este país hay "paz" y "libertad" y "democracia") yo he también decidido tomar las riendas totalitarias de mi blogucho y empezar a arrinconar a estos insulsos en su habitat natural: un cagadero anónimo en forma de tagboard, para permitir solo a los miembros de blogger comentar en mis patéticos posts.

Todo sea para no atascar mi mail del vómito intolerante de estos paladines de la democracia, los derechos inalienables de las focas bebés, y el respetabilísimo e íntegro mundo cultural de México, entre otros universos donde solo habita el bien y los buenos y bonitos comandan las acciones.

Pecaré, nuevamente, de soberbia. Me volveré un asqueroso dictador de mi blog. Un Fidel Castro de mierda. Un Peje asesino de niños. Un comunistoide "populista": A todos los adultos mayores que me visiten, les prometo una erección al menos, salvo buen cobro y con acuse de recibo. A todas las quinceañeras, les será otorgada una revelación mística digna de la sagrada orden de Batio. Las futuras iniciativas de ley están en discusión. Se reciben propuestas.

Finalmente, hay que decir que muy pocos de los anónimos han posteado en alguna ocasión otra cosa distinta a sus vituperios dfe petatiux, del orden de cualquier escuela primaria rural federal. Insultillos chairos en lugar de contra-argumentos sabrosones. Eso me entristece. Extraño las discusiones de hace un par de meses, cuando los vástagos de la revista Replicante ponían sobre la mesa mejores y más apestosos quesos para cortar, al lado de excitantes amenazas de madrizas salvajes, mismas que hacían de mis estancias en los bares condeseros una verdadera aventura houdinesca.

Les dejo el último round de esta historia, a manera de despedida de los anónimos yunqueros:


Antecedentes:
Blog de plaqueta (nuevamente). Un post invitando al mitin de Lopez Obrador. Muchos bromeando, otros tomándolo en serio. Nada fuera de lo común.

De pronto, acaece ESTA LUMBRERA:

At 8:21 PM, Anonymous said… es increíble cómo gente mal informada está dispuesta a defender ciegamente a una amenaza para la paz, la libertad y la democracia como es el peje, ¿qué, quieren vivir en Venezuela o en Cuba? Déjennos vivir nuestra libertad de religión y nuestra democracia en paz! populistas-comunistas! ya fue derrotado el comunismo desde el 91


Uhmm. La calidad semántica se deja ver. Y la tendencia a las etiquetitas chaqueteras como "populista" y "comunista", dignas de un panfleto microbusero.


No pude más que contestar, en el mismo tono, lo que me salió del alma:

Xamiru said…

Uhm. no me molestaría vivir en Cuba. Tampoco le veo mayor pedo a vivir en Venezuela. (Nota, oh padre, como el llamado de la carne marxista-leninista sigue haciendo mella en mis ansias) Vivir en esta pocilga de ignorantes no es mucho mejor, como demuestra tu comentario tan "bien informado".

Por cierto, la etiquetita de "populista" es bastante superficial. Y por otro lado, no veo como un líder electo democráticamente puede ser "una amenaza para la paz y la libertad". (Si es que alguna de esas dos existen en nuestro país) (Me faltó decir la democracia, pero el pleonasmo hubiera sido más pendejo que el propio comentario al que se refiere)

El hambre es violencia. La pobreza es violencia. La desigualdad social es violencia. La estupidez (que ejemplificas perfectamente) es violencia.

No tendría pedos en vivir en un estado totalitario. Al menos los pendejos como tú estarían hechos carnitas, jabón u otros derivados humanoides.

Es curioso como la gente equipara la "paz" con el "no hacerla de pedo por nada, todo está bien, cállese y fórmese".

En fin, ya hasta ganas me están dando de matar pendejos. Mejor le paro.

Saludos


Ya me imaginaba lo que vendría. Se colgarían del comentario sarcástico del jabón y sus derivados, en rojo, en lugar de leer el comentario que me resultaba importante hacer, en verde.

Eso me pasa por no ser políticamente correcto y aguantarme las bromas de mal gusto, por no seguir la retórica puñetera de los lamehuevos. Chin. Será en la próxima vida.

Todo esto tuvo un final feliz. Alguien más (o el mismo autor) me dejó una nota profundísima en mi post anterior:

Anonymous said...

Xamiru, lei tu comentario en el blog de plaqueta:
"No tendría pedos en vivir en un estado totalitario. Al menos los pendejos como tú estarían hechos carnitas, jabón u otros derivados humanoides."

No puedo decir más que eres un imbécil. Un GRAN GRAN imbécil


Prometo, padre, que meditaré profundamente acerca de esta súbita revelación.

Mientras tanto, los anónimos quedan relegados al cagadero. No vaya a ser que me digan "tontito, gran gran tontito" la próxima vez.

Salud.

abril 05, 2005

God TV

CNI Noticias. Solía ser uno de los pocos noticiarios visibles hace unos cuantos años. Con todo y lo acartonado y terriblemente mamón que siempre ha sido Gómez Leyva, la jefatura de contenidos no solía regirse por los estándares comerciales comunes, ni parecía la nota roja, frívola y superficial de Televisa, ni tampoco el TV Yunque mediático y manipulatorio de Azteca. Mucho menos la línea gubernamental de los somníferos noticieros del 11.

Llevamos un par de años sin opciones. No sé ni cuánto tiempo tenga la salida de Denisse del noticiero, pero definitivamente fue para mal. Hoy prendí el noticiero del 40, buscando algo distinto al papa "muertecito" en una túnica (batita de hotel camino real) roja, estilo Santa Clos. Mala decisión.

De entrada, la musiquita que anuncia el comienzo del noticiero. Peor que ninguna. Violonchelos sintéticos y una voz en off que parece la del Doctor Alfonso Morales, célebre y patético comentarista de la lucha libre:

"eeeeeeeeeeeen el estudiooooooo, la preseeeeeeencia de Andrés Manueeeel López Obradoooooor..."

Bueno - me dije - me aguanto este pendejo y le dejo a la entrevista.

Y me fleté el noticiero, y la entrevista con AMLO, su inexplicable optimismo y su necedad por querer jugarle al Gandhi. Espero que no se lo escabechen en el bote. Lástima que ya no va a ser presidente. Tenía buena pinta.

Pero oh surprise. Acabandito la entrevista sale un pelmazo, conductor de otro programa mucho peor llamado "El pulso del papa" (imagino que por el momento se llama "La flat-line del papa") y que, en un tono de maestrucho violaniños de escuela de legionarios de cristo, tuvo los huevos de decir:

"mira, Ciro, hay que pensar simplemente que, crea o no crea uno en la resurrección de jesucristo, ha sido el HECHO histórico más importante en la historia de la humanidad (SIC). El HECHO más solemne. El más importante. El martirio de nuestro señor. Por ende, la muerte de su santidad, quien es el vicario de cristo en la tierra...(sic)....es decir Ciro, hay que entender que existe un hilo que une directamente el cielo con la tierra y ese es el que hay entre cristo y el vaticano, y particularmente entre cristo y su santidad, el vicario de cristo...por lo que su muerte, produce la mayor solemnidad...BLAH BLAH BLAH BLAH...."

Putísima madre.

Sé que argumentar contra todas las pendejadas en color rojo no tiene caso alguno. Hay mil millones de católicos que creen, verdaderamente, que lo de Jesucristo es un hecho histórico y comprobable. Es más, hay quienes hasta creen que hay pinturas de la época. O que hay pedazos de su cruz a la venta en Jerusalen.

Me sorprende, de cualquier modo, el ingenio verbal de los católicos en general. Una prueba más de que el dogma apendeja durísimo. Y un supuesto líder de opinión, conductor de un programa para santificar el nombre de dios, hablando como lo haría cualquier vendedora de quesadillas con estudios de primaria, es una verdadera lástima. Desinfla mis ganas de chingar cristianos de alcurnia.

Y lo mejor es eso del "hilo" que vincula el cielo con la tierra. ?Quiere decir que de veras hay "feed-back" en la comunicación con cristo? ¿De veritas el papa hablaba por nuestro señor el buen jesus cuando despotricaba contra los divorcios, las mujeres, los comunistas, los gays, los que luchaban por la muerte digna, los pro-choice y demás malfunciones del sistema?

Si alguna vez hubo un buen yisus, y se parecía al de los cuentos rumiados por los evangelios disponibles, seriá impensable que pudiera llevarse bien con la idea corporativista de la iglesia, y mucho menos con los supuestos vicarios.

En fin. Una verdadera lástima de noticiero. Aderezado por otro reverendo imbécil llamado David Páramo. Un pendejito economista que se siente galán de televisión y que para hablar utiliza una voz aguda y chillona siguiendo un tonito de mamón inmejorable. Toda una "eminencia" en teoría y análisis económico, al que Ciro le dedica diez minutotes del programa para repetir las mismas pendejadas que puedes leer en los informes de hacienda o en la revista Vértigo: "no habrá inestabilidad económica debido al desafuero. La economía va bien. Necesitamos cambios estructurales en materia fiscal y de energéticos para enfrentar los retos de este siglo..."

Un puñetas neoliberales hecho y derecho, con look de jovenazo comprometido. No entiendo cómo lleva tantos años en el noticiero. Seguro se está cogiendo algún pariente de Moreno Valle. O a Moreno Valle! Bingo!

En fin. Me siento invitado en el programa de Paty Chapoy, cagoteando pendejadas que salen en la tele. Me disculpo y prometo dedicar mi tiempo a cosas menos patéticas la próxima vez. Es solo que llevo varios días metido en mi casa y la televisión no me ha aportado más que esta mierda papal y noticiosa.

Y no tengo interés de hablar sobre focas, al menos por hoy.

Salud.

abril 03, 2005

El papa muerto (actualizado)

El papa ha muerto. Viva el papa. Que se congratulen los hipócritas. Que las televisoras hagan más dinero.

Esta es, sin miedo a equivocarme, la mejor muestra de que vivimos la era del asco.

Mientras Javier Alatorre, un gay casi loca y que, irónicamente, en su papel de titular de noticieros de TV Azteca, apela a la lástima de nuestra nación oligofrénica en sus reportes constantes desde el Vaticano, sin saber, o sabiendo (peor aun) que los gays como él están excomulgados y condenados a quemarse el culo en los lagos de fuego del infierno desde hace muchos años, gracias, en particular, a los esfuerzos intolerantes de Karol Wóytelas. Y mientras López Dóriga y esbirro, Carlitos Loret de Mola, hacen lo propio, yo, a riesgo de seguir olvidado por la gracia de Dios, no puedo más que respirar aliviado.

Juan Pablo Segundo fue un verdadero pedazo de mierda. Un hijo de puta hecho, derecho, y rehecho desde el primer puto día que fue designado papa, tras el grotesco asesinato de Albino Luciani (Juan Pablo Primero), 33 días miserables días después de haber sido electo jefe del apestoso vaticano. No tuvo madre, ni mucho menos contención o decoro. Se hizo amigo de las peores mierdas que poblaron la tierra desde entonces: Somoza, Pinochet, Reagan, Walesa, Salinas, etcétera, etcétera, etcétera. El papa peregrino fue, en realidad, el gran papa pro-muerte de la historia. El amigo de los dictadores. El amigo de la ultraderecha asesina. Un grandísimo hijo de puta.

Y hoy, cuando, en teoría, se nos ha avisado que, a pesar de hablar por Dios, también tuvo que morirse como todos, no puedo más que respirar aliviado otra vez. Albricias, albricias: Ha muerto el que debió morirse hecho jabón en un campo de concentración polaco, mientras su predecesor de aquella época amistaba con Hitler y comía en sus festines y bebía el vino francés que el mierdero de Adolf exprimía de Burdeos o le compraba a su cuatito Franco. Una verdadera orgía de marranos.

Que se jodan los católicos de mierda. Que lloren sangre. Ha muerto uno más de los asesinos de la línea papal. Brindo por eso.

Ojalá que le siga Pinochet. Y después de él cualquiera. Incluso yo mismo.

Y antes que alguien se ponga fiera, quiero dejar claro que el hecho de que Alatorre sea gay no es relevante en sí mismo. Su orientación sexual me valdría madres si no fuera también un incitador a la mochería católica. Es esa incoherencia la que encuentro ridícula y por la cual mencionó su homosexualidad.

Y es que como él hay un chingo de "católicos gays", lo cuál es como ser de provida y andar regalando píldoras del día siguiente, o usar el cerebro. Cosas que cuando pasan solo pasan en nuestro patético país.

Los gays de este mundo deberían despreciar a este closetero mustio que tiene el descaro de andar promoviendo a los mismos que forman turbas para chingarse a los suyos.

Yo, como pecador orgulloso y anónimo, conmino a todos los que pecan sin remordimiento a expulsar a todo aquel que se atreva a dudar de su propia impureza.

Salud