Hace 7 años que murió mi padre. Y pronto serán ocho. De aquel tiempo recuerdo muy poco. Recuerdo que tenía más de 3 años sin verlo, y que nunca me hubiera imaginado que tendría que mirarlo moribundo (ni menos muerto). y más en aquellos tiempos tan imbéciles como resulta tener 20 años.
No repetiré -pues ya lo he dicho en este lugar- los pormenores de su muerte tan temprana, ni tampoco asumiré que fue ninguna tragedia. Digamos que desde el día en que se fue, aprendí a estar aquí sin él. Y no deambulo por el mundo buscando ninguna misericordia, ni colgándome de su fatídico destino para justificar las malas decisiones que tomo en el mío.
Hoy sólo quiero congratularme de haber logrado encontrar la canción que tocaron en su funeral. Una canción de Arturo Castro -alias desconocido- y que -no sabía- fue interpretada por José José en alguno de sus muy pinches álbumes.
Y navegué entre la bruma de esos tiempos, de esas horas. Y traté de acordarme de otra cosa que no fuera la ironía final, la lluvia cabrona y no solicitada.
Recordaba sólo estrofas, estragos, miembros deshechos de aquella crucifixión. Pero no recordaba la canción, pues nunca la escuché de su boca.
Eso sí: Ví llorar a sus más fieles amigos, a lágrimas incontenibles, mienras cantaban los párrafos que hoy me ha tomado más de dos horas descifrar en Google.
Y es tal como la recuerdo. O quizás más dura. Una canción completamente fincada en la desesperanza y su consecuente ironía. Una más de las malas coincidencias que supone vivir, pero que se hacen buenas cuando alguien las narra íntimamente, y deja escuchar a los demás.
Pero ya. Hasta aquí llega mi acto de evacuación. Hasta aquí llega mi capacidad de hablar sobre el tipo que me posibilitó vivir. Aquí terminan mis interpretaciones y comienza lo fortuito.
(Es curioso, debo decir: En un mundo tan repleto de respuestas, tan saturado de información y tan dispuesto a las revisitas, esta canción apenas aparece en un par de resultados.
Y es bellísima, sí. Como también bello podría ser detestarla.
Se las dejo. Me costó un par de largas horas encontrarla. Aunque al final, apareció.
"Cuantas veces hemos estado juntos
y he deseado que empiece a llover,
cuantas tardes hemos estado solos
y he deseado que empiece a llover.
Es que la lluvia en la tarde
llena el ambiente de romanticismo
y sería una locura que al momento
de tenerte en mis brazos
comenzará la lluvia a caer.
Mi deseo jamás se ha cumplido,
el que hace llover jamás me escuchó
como todo lo que tiene un principio
también tiene un final.
Tú te tenías que ir
tal vez para no volver
que ironía
hoy que te encuentras lejos de mi
empezó a llover.
Tú te tenías que ir
tal vez para no volver
que ironía
hoy que te encuentras lejos de mi
empezó a llover"
Sí, lugar común. Frase hecha tras frase hecha. Pero lo curioso, digo, es que no exista un sólo archivo que con esta canción me haga la vida más tranquila.
Si alguien se lo encuentra, o tiene el LP, avísenme. Pronto habrá un memorial para mi padre. Y quisiera estar listo.
O no importa. Lo que importa es siempre vivo.
La linea que separa a un valiente de un cobarde está trazada con cinismo.
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