La linea que separa a un valiente de un cobarde está trazada con cinismo.

agosto 11, 2006

Traición y deslealtad

No quisiera lanzarme en una diatriba contra el mundo y endilgarle las traiciones y deslealtades que ocurren cada minuto. El mundo no es culpable de otra cosa que los tsunamis, las erupciones y los terremotos. Y quizás ahí también tenga mucho que ver la mano del hombre, da igual.

El asunto es que cuando no puede culparse a nadie, eso provoca que algunas cosas duelan más. Es tan fácil esa defensa recurrente en la que ponemos fuera todo lo que nos hace daño, para no responsabilizarnos de enfrentar el origen del dolor o de la duda, que de pronto resulta menos aplicable cuando las cosas se han enfriado con el cauce del tiempo, y son años los que nos separan de una verdad que saca el cuello del suéter, y deja asomar una cara pútrida que no habíamos visto.

No hay sensación peor de la de haber tenido un intruso en tu vida. Alguien que jugaba con su rostro con la maestría de un encantador de serpientes, mientras recopilaba información y se alimentaba de tu otrora ingenuidad y buena lid. Alguien que se inmiscuye en tu universo sin que sospeches nada. Alguien con quien ríes y no te asusta desnudar a tus demonios. Esta es la peor de las traiciones: la de un amigo, la de un casi hermano.

Todos traicionamos o hemos sido traicionados alguna vez. No podemos quejarnos amargamente de injusticia o victimizarnos en una tragicomedia sin muros ni apellidos. Pero sí que podemos levantar el dedo y acusar a quienes usan la traición como un modus operandi que les provee comfort y beneficios. Sobre todo si hemos sido atropellados, sin saberlo durante años, y al abrir los ojos, cualquier miércoles por la noche, vemos que el asesino de la dulzura sigue suelto y vomitando mermelada sobre sus nuevas víctimas, mientras nosotros apenas sentimos la hendidura de ese sable, el mismo que guardábamos en la sala de nuestra vida a la que invitamos a tan poca gente, y entonces se hace fresca la profundidad de su tajada.

Hace más de tres años le abrí las puertas de mi vida, mi corazón y mis amistades a un personaje que siempre me resultó oscuro. Aun así, esa oscuridad no me asustaba en lo más mínimo: era parte del encanto de esa amistad, de la diversión venenosa, de la facultad de andar brincando por la noche, hablar de mujeres, despedazar el mundo, reírse de los otros y beberse toda la cerveza de la campiña sin sentir que habría peligro de muerte. Comulgar en la mutua oscuridad es un gran aliciente para la amistad. Es casi tan bueno como conocer amigos en un club de macramé, sólo que diez mil veces mejor y con música de Tom Waits en el fondo, jeje.

Así, cuando un amigo te conoce desde la oscuridad, esperas más de él. Poder ser lo peor sin asustar a nadie. Estar en paz y sacar a pasear los mutuos demonios al parque de la noche o de la vida. Sin correa.

Esto, creí hasta hace un par de días, era la realidad de mi amistad con este personaje, con quien además de compartir muchos espacios de socialización, de literatura y de historias tremebundas, compartí a mis amigos, mi bar, mi cerveza y mi respeto por su privacidad y sus decisiones. Supo de mi vida muchas historias: Todo lo acontecido desde que terminé mi largo matrimonio hasta que me subí al redil del sexo casual, y luego de vuelta y de regreso. Y nunca me imaginé el peligro que eso podía significar y que, gracias al suelo, no terminó por dejarme sin cabeza, sin lengua, sin vida o sin testículos, por culpa de sus ganas de mentir.

No estoy devastado: Estoy molesto. Y verdaderamente molesto (no cagado de risa, como con el extinto Sánchez Villa). No doy crédito a las historias que supe de mí, y no hay peor cosa que enterarse de uno mismo por historias que han oído los demás. Mi vida, de acuerdo a ellas, es la de un Charlie Manson de petatiux con tonalidades Bukowskianas y arribistas, en espera de pobres mujeres a las que victimizar con mi lengua bífida y maligna: Patético. Patético porque quien me conoce sabe cómo claudico cuando se trata del amor, y como quiero cuando se trata de los amigos. Por eso tengo tantos.

Y por eso, hoy, puedo decir que tengo uno menos. Uno que debe haber contado, para estas horas, medio millón de choros sobre mi vida a quien se haya dejado. Hijo de puta. Hijo de puta redomado.

Y para que se acaben las suspicacias, debo de afirmar algo que era evidente, pero que mi gran amigo parece usar constantemente como referencias a mi vida:

- He mentido. He estado con mujeres casadas. Me he enamorado de dos hermanas. Me he enamorado de mujeres mayores. Me ha costado el alma más de una vez. Pequeño detalle: Siempre me he enamorado. Siempre.

- He consumido toda clase de venenos, drogas, alcoholes y vicios. Los he dejado. He vuelto a ellos. Me gusta la vida con mucho volumen pero bien ecualizada. Como a todo el mundo, a su manera.

- He sido fiel y complaciente. He sido también traicionado. He traicionado algunas veces. Me ha dolido. Me ha dolido traicionar para acabar enamorado de dos o tres mujeres al mismo tiempo. Lo han sabido. Me lo han reclamado. Todo sin ayuda de historias truculentas.


La vida no es el cuento maniqueo que mucha gente quiere contarse. Las personas somos complejas, y quizás nuestro único deber es de estar satisfechos con nuestra complejidad, compartirla y no hacer mierda a nadie en el intento. O por lo menos no voluntariamente.

En fin. Hoy tengo una fiesta multitudinaria y quiero estar en paz. Suficiente hay con este país que se desmorona y con el amor que se me escapa de los dedos. (Pero, sólo para que lo leas -y esto se lo digo a mi gran "amigo"- esto no se quedará así. Tarde o temprano tendrás que darme la cara. Déjate la máscarita en casa, ese día. Conmigo ya no te hará falta.

11 comentarios:

Karla dijo...

Wow!! contundente, claro y encabronado.

Karla dijo...

No había visto el pleito con el de la "derecha", así son, los más violentos e hipócritas.

Anónimo dijo...

si yo me quito la máscara, tu te vuelas la cabellera?

Chamirú dijo...

Seguro. Al cabo tengo muy poca que perder. Y además, siempre he creído en el axioma que indica: "Ni tanto que queme al santo, ni tampoco al Blue Demon".

Ogirdor dijo...

Hej, hej, llegué a tu blog azares del destino, me eché tú último post. Digamos que uno siempre de cómo le va en la feria pero noto que pese a lo "complicado" que pueda ser tú vida por lo que te gusta y no según tú profile, encuentro un denominador que igual es lo que paso a madrear el susodicho, tú cnfianza. Está cabrón creer otra vez, no. Un cuate me dijo que odiaba la palabra prudencia pero la neta es que a mí me funciona.

Ogirdor dijo...

AY QUE ORTOGRAFÍA LA MÍA, repito:
Hej, hej, llegué a tu blog por azares del destino. Me eché tú último post. Digamos que uno siempre habla de cómo le va en la feria pero noto que pese a lo "complicado" que pueda ser tú vida, por lo que te gusta y no, según tú profile, encuentro un denominador que igual es lo que paso a madrear el susodicho, tú confianza. Está cabrón creer otra vez, no. Un cuate me dijo que odiaba la palabra prudencia cuando se la propuse para varias cosas. La neta tiene razón pero para lo real es que me funciona.

Ágata Trementina dijo...

Anoche perdí a mi mejor amigo. Los dos nos traicionamos. Es una mierda. Espero verte en la fiesta multitudinaria, si es que acaso coincidimos en la misma.

FELAPS dijo...

Aveces nos exigimos mucho, y les exigimos a los demas igual.
esos chismes te engardecen.

Anónimo dijo...

Tengo poco de leerte, pero he encontrado profundas coincidencias contigo, sobre todo en este ultimo post, lo que a mi me corroe es que poco a poco me he ido alejando de todo y de todos, evitando dañar y que me dañen. Tu por lo menos sigues adelante, te felicito por esa actitud de afrontar las cosas como son.
Animo, la confianza es un regalo invaluable.

Anónimo dijo...

Yo lo hice, me lo hicieron...así se sucede la vida amigo. Bienvenido al club.

Gran post.

Anónimo dijo...

Wow, no se de donde seras, pero en mi vida he escrito libros, poesias, realidades. Pero nunca he podido captar la esencia de realidad frustrado y oportunista que llegaste a agarrar vos, me quedo impresionado y te felicito.
Quizas nunca mas vea un post, quizas ya leiste muchos de mis libros.
Te felicito por la capacidad y sacala provecho al 100%.
Y acordate de que AMIGO es el mejor titulo que se le puede otorgar a un hombre, es la mejor facultad de un ser, asiq, por mas grande el engaño pensalo una vida antes de decirlo.
Un gusto haberme alimentado de tu escrito.
Adios