La linea que separa a un valiente de un cobarde está trazada con cinismo.

junio 07, 2005

Punto de Restauración

Para J. antes de que salga el sol


Para todos los neófitos que ignoran el cúmulo de posibilidades de la virtualidad, aquí les va una de las más envidiables (con respecto a la vida común):

Billy Gates, o bien, su séquito de soldados de la creatividad contraproducente, inventó (y no hace muy poco) algo llamado "Punto de Restauración" y decidió añadirlo a sus mal-logrados pero adictivos sistemas operativos de nombre Windows. (Mi tracker público puede constatar que casi un 70% de los que visitan esta chingadera de blog, utilizan la versión más nueva de dicha plataforma, léase Windows XP)

Pues bien, desde aquellos tortuosos tiempos de Windows Millenium Edition, al buen Billy se le ocurrió una idea genial, inspirado por todos los usuarios bobos pero aventurados que decidían moverle demasiado al atole, hasta que lo acababan jodiendo irremediablemente. Para ellos, Billy ideó el "Punto de Restauración", o como el vulgo lo conoce, la herramienta para "Restaurar el Sistema".

No es nada del otro mundo. Solo hacía falta ser un poquito arrepentido, en términos generales, para ser capaz de idear semejante genialidad. Una herramienta capaz de tomar una fotografía precisa de nuestro sistema, antes de que decidiéramos darle en la madre. Así, si después de nuestras piruetas resultaba estar todo hecho mierda, podíamos (y podemos) regresar todo a la normalidad previa. Volver en el tiempo. Regresarlo todo al momento último antes de que, pendejada tras pendejada, lográramos darle en la madre a nuestra vida, ejem, quiero decir, a nuestro sistema.

Oh bendito señor Gates tan metafórico y consciente de la problemática virtual, lo hizo antes que nadie. Miles de computadoras pertenecientes a cualquier similar número de aventureros, pudieron salvarse de ser formateadas irremisiblemente gracias a semejante herramienta. Incontables MP3 salvados de la aniquilación. Varios miles de poemas (y por qué no, de amores toruosos) que lograron escapar de la ignominia eterna. Bendito Windows y benditas las manos que lo confeccionaron. Salve, oh, señor Puertas.

Pero habemos quienes queremos llevar toda esa sabiduría más allá de la nimia salvación de la pornografía barata de los millones de internautas amantes de Microsoft. Habemos quienes, atisbando el potencial de la "Restauración del Sistema", queremos consolidar ese poder en una única y esencial herramienta para la vida. Nada de chingaderas: Si es posible en la virtualidad, debe ser posible en la realidad. Punto y aparte.

Tras múltiples ensayos (erróneos, claro) ha quedado fehacientemente comprobado que el "punto de restauración" de la vida tiene los siguientes requisitos:

- Procesador de marca indistinta, pero capaz de reformular su propia existencia sin pasmarse, quedarse congelado, o volver la vista atrás para cobrar cuentas pertenecientes al lapso de tiempo que será reconstruido.
- Memoria incapaz de recriminaciones. Si no la halla (es difícil y cuesta mucho), se recomienda conseguir una que cuando menos sea veloz y versátil, dispuesta a llenarse de nuevas ambiguedades tan pronto suceden. Nada de recuerditos.

El resto del sistema es poco importante, siempre y cuando se cubran los anteriores fundamentos. Una vez completado lo necesario, procure continuar como sigue:

1.- Cuando todo vaya marchando "de puta madre", respire. Respire hondo. Respire otra vez. Relájese. Abandone por un segundo la euforia. Mire a su alrededor. Analícelo todo.
2.- Consígase un bolígrafo, un pincel, un lápiz sin punta: Vale Madres. Consígase algo capaz de detallar, cartográficamente, todo lo que dentro y fuera de sí mismo está sucediendo. Apúntelo, reapúntelo. Sea minucioso. No sea huevón.
3.- Para evitar ambigüedades, lea el ejemplo siguiente:

- Soy ciertamente feliz. Estoy fascinado de no conocerlo todo. Siento hambre de saber más, querer más, dar más, recibir más.
- A mi alrededor todo parece fluir adecuadamente: Hay chamba, hay proyectos, hay ganas de futuro, hay un par de ojos telúricos que no puedo descifrar y que me invitan a querer hacerlo. Hay chance. Hay paciencia. Hay deseo.
- No estoy omnibulado por la presencia de nadie. Tengo perfectamente claro que sigo siendo yo y que, también, algún día voy a morir. Sin embargo, elijo no abrumarme. Elijo continuar sin que me importen las consecuencias. Elijo apostar en lugar de lamentarme.
- Hay un gran agujero en mi vida que no va a llenar nadie. Es más, es igual que el agujero de los otros. Mi vacío no me es exclusivo. Es el vacío de todos. Todos nos colgamos de ese vacío: algunos para seguir llorando, otros para mantener el paso. Elijo lo segundo.
- No aspiro a ser salvado. No aspiro a salvar. No aspiro a otra cosa que la suave correlación entre mis dudas y certezas y las dudas y certezas de los otros. Sin lastimar. Sin ser lastimado. Motu proprio.

4.- Hecha la cartografía de ese instante de sabiduría, prosiga a delinearlo perfectamente. Escríbalo, píntelo, componga una melodía inolvidable, apártelo de su propia destructividad. Protéjalo de su temor. Aíslelo de todo lo que pueda dañarlo.
5.- Logrado eso, puede usted seguir viviendo. Ah, y no se olvide, siga viviendo. Nada de andar leyendo una y otra vez las características de su "punto de restauración". Nada de vivir en la añoranza pendeja. Atrévase a madrear su sistema (o a mejorarlo notablemente). Viva, no recuerde. Sueñe, no extrañe estúpidamente. Y menos aun lo que no ha tenido. Téngalo, después laméntese, si quiere (o si puede).

Gracias, Billy. Gracias.

Salud.

6 comentarios:

the drop dijo...

Vaya vaya vaya... Capitan o mi capitan!

Lahetaira dijo...

una vez jodido el sistema, acuda al punto de restauración para darse cuenta de que se transformó en un pequeño monstruo, recordatorio de las glorias perdidas, fuente de nostalgia, cuna de palabras remezcladas de significados.

El punto de restauración de estos sistemas está en el futuro.

¡Ruleas, querido carnalito! Me encanta este post.

Bellota dijo...

jajaja a mi tambien me encanto... ah q billy tan ocurrente

hugo dijo...

por qué no me lo dijiste antes? en vallarta pude haber apuntado tranquilamente casi todo. llevo dos dias en la meseta horneada y ya no recuerdo qué me hacía feliz!

pero buscaré detalles, pedazos, y los apuntaré. thanks anyway.

saludines!

Anónimo dijo...

Respuesta de Billy a Xamy (o Eternal Burps for a Spotless Stupidity)

“De nada, de nada consumidor fiel, gracias por tu pleitecía, ahora bésame la mano hijo mío. Así, así, muy bien. Ahora un poco más abajo, no tengas miedo, un poco más abajo, más, ahí, ohohoh muy bien, felicidades, voy a ordenar que te manden una dotación de mousepads durante todo un mes. Bien, ahora prosigo con tu brillante apreciación sobre mi fabuloso invento. Temo decirte que es todo lo maravilloso que apuntas, y más, pero de ahí a que resuelva los issues que planteas, bueno, yo lo había descartado, pero podemos reunirnos en Cinncinati para platicar sobre el tema y discutir sobre su aplicación global en mis productos microsoft, podemos ayudar al mundo a ser más feliz, hasta a nuestra competencia. Bueno, me despido, pero antes dame un beso en la otra mano.

Por la pobreza del mundo, Billy “the Master of the Universe” Gates”

Lo que nuestro estimado Chamiru y el Señor Gates olvidan, es el riesgo de que la implementación en la vida de la herramienta de "Restauracción del Sistema" en tenga flosses, veamos:

a) qué pasaría si usted o yo pudiesemos borrar un capítulo reciente de nuestras vidas y tener una segunda oportunidad de hacer lo que intentabamos? Usted cree que haríamos lo correcto la segunda vez? No!, porque también nuestra memoria ram se borraría, y nunca sabríamos que esta, en realidad, es una segunda oportunidad y haríamos ex-ac-ta-me-te lo mismo (que joda sería repetir una y otra vez una pendejes). Y aún suponiendo que guardemos conciencia de que esta es una nueva oportunidad para enderezar nuestros errores, imagínese viendo sus pendejadas como en una película –verse meándose, o cagándose o tartamudeándo o contestando una taradez o rascandose en público o sacándose alguna secrección de las fosas nasales cuando lo ve su vecino o tropezandose o actuando con naturalidad para evitar que las miradas vayan al hoyo que se rajó en el culero de su pantalón justo el día en que decidió no usar ropa interior o eructando enfrente de sus suegros o jeteandose en la boda de su cuñada. La autoestima personal decrecería a niveles alarmantes, e, inseguros, el segundo intento tendría altas posibilidades de ser un nuevo fracaso e incluso peor (i.e tartamudeando pero tratando de explicar porque tartamudea tanto o utilizando 5 calzones para evitar que cualquier pedazo de sus partes pudendas se cuele a la vista, abultando ridículamente su pantalón o precenciar como tecolote la boda, y en tal estado de forzosa vigilia, que se sospecharía que ingirió algún tipo de hard drug antes de la misa, etc...);

b) supongamos que el inciso a) es superado y que usted y yo tenemos un ego indestructible. Bueno, entonces viene otro problema: cómo saber qué debió haber sido nuestro actuar correcto? Por ejemplo, quien se atrevería a decirle a un amante apasionado que las modestas y ordinarias rosas que le regaló a su pretendida, llevándola a cenar a un lugar típico, era, por mucho, una mejor opción –recordemos que esta opción fue la que borraría el amante-, que la arrolladora idea nueva de llevarle gallo vestido de superman porque, según el amante, tendría un efecto más punch que unas simples rosas, y la chiquitic aflojaría más rápido, impactada? Y entonces, cuando la candidata le aviente una jarra de agua de inodoro al fervoroso amante en la cara, éste querrá una tercera oportunidad –bajo riesgo de hacer una pendejada que supere a la anterior. A final de cuentas, si nos hubiermos quedado con la primera opción, quizás el amante hubiera tenido que esforzarse unas cuantas citas más para que la candidata cayera, pero en la segunda opción definitivamente lo habrían vetado y puesto en alguna lista negra de idiotas pretenciosos;

c) supongamos que el inciso b) también es superado, y que usted y yo tenemos un criterio de no mames, y aprovecharíamos sabiamente una segunda oportunidad. Pero entonces surge un nuevo problema: la hueva. Sí señores, la Hueva. Qué Hueva mayúscula de tener todo bajo control, de hacer siempre lo correcto, de no cagarla nunca, de no cagarse nunca, de ser Srita. o Srito. Perfecta/o. Y de tanta monotonía de nuestro actuar sin fallas, la gente a nuestro alrededor se aburriría más allá de lo descriptible, y se nos voltearía la moneda. Ahora la gente de nuestro alrededor nos aplicaría la colegial y utilizaría la maravillosa Restauracción para que nosotros repitiésemos escenarios anteriores, deseando que nos conduzcamos con más chiste, más soltura, más espontáneamente, como gente normalita que se echa pedos en la cama, qué sé yo. Entonces ahí andaríamos usted y yo como peces –es decir, con la memoria de un pez, haciendo y deshaciendo lo mismo hasta que, efectivamente, salimos con lo que nuestra naturaleza nos ordenó en primera instancia (ver párrafos a) y b)); y, sobre todo:

d) nuestro vocabulario florido se vería deprovisto de frases tan socorridas –y exactas, como ups, uta, chinga, uff, chin, ni pedo, damm’it, chale, fuck, psss, shit!, no mames, ah que guey, ah que pendejo, ah qué imbécil, plop!, puta, chingadamadre, putamadre, carajo!...ni hablar.

Entonces, Srito. Xamiru y Sr. Gates, no nos andemos con joderías. Para qué carajos quiero una segunda oportunidad cuando voy a acabar haciendo eso que justamente desee borrrar, pero mucho más vergonzosa, lastimera, auto-flagelativa, humillante, vejativa y exhibisionistamente? Prefiero quedarme con mi espontáneo y natural eructo original, que con un reusado, buscado, indignante, mal oliente, desechable y artificioso: buuurrrp! como este post, que ya es como la quinta versión, y miren cómo apesta!

Por la estupidez con dignidad,
yo

Hector dijo...

Yo no creo que en la vida exista un punto de restauración. Es más, no creo que una vez tocados por la desilución (un asomo a la cruel realidad) volvamos alguna vez a ser los mismos: a tener las mismas ilusiones, los mismos sueños, la misma fe, la misma fuerza para amar, pelear, discutir, etc.
No se puede olvidar. No debemos olvidar. Lo cual no significa extrañar.
La cartografía irá cambiando y guardar mapas anteriores nos ayuda a conocernos mejor.
Esto que hacemos y que llamamos blog, puede funcionar como un complemento para nuestro registro y podemos acudir a el y darnos cuenta como vamos cambiando, creciendo, aprendiendo o por el contrario, como nos vamos hundiendo mas y mas en el hoyo depresivo, la soledad o la amargura, según nos vaya.
Por mi que Bill se la arranque, yo prefiero Mac y nunca he tenido que formatear el disco porque nunca me ha dado problemas.