La linea que separa a un valiente de un cobarde está trazada con cinismo.

junio 13, 2005

El big bang y las ensaladas. (Laberintos que chocan) -reeditado-

Let's dance on the rooftops some more.

En el principio, dicen, hubo una gran explosión. Una grandísima explosión donde toda la materia del universo, condensada en un punto poco menor que la cabeza de un tornillo, se encabronó a tal punto consigo misma, que decidio salir disparada, hacia todos los vectores posibles, y hasta llenar de nubes y más nubes de tiempo un espacio donde antes - y esto sí es de a de veras - donde antes no había nada. (No un recurso poético de segunda, no. Realmente no había NADA...putísima madre si hay algo más incomprensible)

El cuento es tan largo como los años luz que separan a las dos partículas subatómicas que comenzaron a hacérsela de pedo entre sí, provocando el big-bang y por ende, la creación del universo gracias a su riña (vaya pedo tan constructivo ¿no?).

Poniéndonos obvios, podemos afirmar que incluso esta piltrafa de texto provino, originariamente, de esa misma bronca (no sabemos si familiar, marital, triangular o meramente pedera). Todos nosotros. Los hombres, nombradores de cosas (casi todas pendejas) y en fin, todo lo que seguiremos desconociendo del universo (si es que este no resulta no ser un back projection de alguna producción divina que desconocemos) provino de una pesada discusión entre materia y antimateria. Puto universo maniqueista.

Y con nosotros, los nombradores de inutilerías, los glorificadores de nuestra pequeñez, los miedosos perennes, vino también, incluída en el paquete, la opción del libre albedrío con queso y el dogma que ciega, con pepinillos. Todas envueltas en pan de lenguaje con ajonjolí y catsup genética.

Cada quien su laberinto. Cada quien su embrollo.



La individualidad no es más que una barra de ensaladas en un California de la Narvarte. Betabel, (no, betabel no), lechuga romana (hmm, tal vez), cebolla (claro, y mal aliento who cares), champiñones (si no son azules, no), tomate (¿cherry o sinaloense?). La vida como un laberinto de legumbres. Ah, qué lindo es delirar en la hortaliza.

O como diría el tionasty, en su delirio:

me quedo con las capas de la cebolla (no con el aliento), con la intensidad del betabel, con la corriosidad del apio, con la ligereza de la lechuga romana, con el corazón de pollo del jitomate saladet, con las constelaciones de la tuna, con el olor a lluvia de los champiñones de mercado, con el pecado de la manzana washington, con la contundencia de las viznagas, con la modestia de un chícharo, con la peligrosidad de los frijoles, con la sofisticación de una coliflor, con la audacia de un queso panela en medio de puro pinche vegetal (qué bárbara tanta blancura en tanto verde, totalmente indefenso y a la vista para que cualquier tenedor lo pinche sin tregua -de pechito, de pechito), con la piel de un melocotón, con la jocosidad de un cebollín
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Yo mi laberinto, como una partícula subatómica, directo al encontronazo con otro laberinto. A veces son choques suaves, a veces supernovas, a veces el choque resulta una falsa alarma, y tras un simple roce, los dos laberintos corren a esquinas opuestas del universo. En cada uno un minotauro, en cada uno una solución que escapa al primer golpe de vista. En cada uno reglas distintas, muros distintos. Unos de piedra, otros de arbustos espinosos. Algunos incluso del más cursi y repugnante algodón de azúcar. Otros tienen una fuente de mezcal en el mero centro, esperando a ser desecada. En lugar de asteroides, laberintos. Choques múltiples, laberintos que cambian día con día. (Oh, yo recuerdo que había un muro justo aquí, ayer por la noche...)

Y a veces, las menos, los laberintos respiran por un instante y se estudian. Duermen juntos y esperan. Esperan, sin temor a la calma. Se sorprenden a ratos, refunfuñan otros, murmullan al unísono cosas como Hay alguien ahí??. Y luego callan. Eso es lo mejor que puede resultar cuando chocan dos laberintos: nunca saber, a ciencia cierta, qué ha pasado con ellos. Que no haya mapas que sirvan. Ni madejas de hilo que funcionen siempre.

Solo hay que procurar estar preparado con las viandas. De preferencia ensalada. Arme la suya y adéntrese en el primero que le llame la atención. Al cabo que no hay mayor premio que el simple hecho de recorrerle un rato.

Prohibidas las fotos con flash.

9 comentarios:

the drop dijo...

Viva la ensalada! La mía hoy la quiero con pulpo, pepino, jitomate, endivias, aceitunas negras, y esa vinagretita que me sale tan bien...
Oh, y dije mi nombre carajo, no hay alguien ahi!!!!!!!!!!!!

:o))

Anónimo dijo...

me quedo con las capas de la cebolla (no con el aliento), con la intensidad del betabel, con la corriosidad del apio, con la ligereza de la lechuga romana, con el corazón de pollo del jitomate saladet, con las constelaciones de la tuna, con el olor a lluvia de los champiñones de mercado, con el pecado de la manzana washington, con la contundencia de las viznagas, con la modestia de un chícharo, con la peligrosidad de los frijoles, con la sofisticación de una coliflor, con la audacia de un queso panela en medio de puro pinche vegetal (qué bárbara tanta blancura en tanto verde, totalmente indefenso y a la vista para que cualquier tenedor lo pinche sin tregua -de pechito, de pechito), con la piel de un melocotón, con la jocosidad de un cebollín.

Me quedo con esas viandas y espero que me trague un hoyo negro, a ver cuando vuelve a venir, aunque tenga los pies frios en diciembre, y las nalgas calientes en verano...quiero despertarme en trance de tanta felicidad, en la pendeja de su succión, con mareos incontenibles de tanta vuelta cósmica, treparme a la estela de su estrella, y volver a empezar...


drop-avinagrada (por tu aderezo, no por otra cosa, jeje): cuál es tu receta?

hugo dijo...

sugerencia editorial: sustituirel texto de la ensalada del california por el texto de la ensalada del tio nasty.

sobre el big bang, habra sido pleito o solo el deseo de conocer mas alla de la nada?

saludines

the drop dijo...

Neta, eres tan ingenuo para creer que te voy a dar mi receta, así, tan facil? Esos secretitos se ameritan, tu que crees!

:o)

Chamirú dijo...

Grrr. No se pongan conspícuos en mi blog, que me pongo celoso, eh?? :-P

the drop dijo...

No empieze a chillar, my lord! Tampoco puedo revelar EL secreto de LA vinagreta así no mas, no cree?

Chamirú dijo...

Desde luego que no. O qué? O Qué?

:D

Anónimo dijo...

qué pedo con sus "jetitas" a base de inocentes signos de puntuación (nunca he visto a una coma escupirle a nadie, o a un punto sacar los dientes)

bueno, bueno, a dejar de pendejear y a trabajar pendejeando!

Lahetaira dijo...

recorrerlo y saturarse de los olores de las cosas, de los colores, por un rato... a veces como en el jardìn del edén, a veces como en pasillo de la central de abasto.

tienes razòn, casi todo lo nombrado al final resulta superfluo, y todo, ABSOLUTAMENTE TODO, pasa.

Besos, filósofo en la legumbrera.