La linea que separa a un valiente de un cobarde está trazada con cinismo.

abril 26, 2007

Mi mayeutica chilanga (sin acentos cortesia de Apple Computers, Inc.)

Antenoche escribia una de estas descripciones que ciertos sitios de internet te piden para definir tu "perfil". Y no hay mayor reto que ese para un desquiciado como yo: Definir, con limitacion de caracteres, lo que pienso acerca de mi mismo. Y no nada mas: definir tambien, que tanto de todo eso quiero prefiero decir a los "demas", todos visiantes de un sitio bobo y harto exitoso en donde nadie pone realmente atencion a otra cosa que las caras y los cuerpos que le rebotan hasta los ojos, de entrada.

Si, es mi culpa por siquiera estar ahi. Yo me lo busque, podria decirse, por andar pendejeando en semejante plataforma tecnologica entregada a la estupidizacion mas insulsa del deseo y la seduccion. No tengo derecho a quejarme, no solo del sitio mismo, sino de mi asuncion de ese supuesto "deber" de llenar una forma electronica en la que resumo quien demonios soy y cuantas bobadas soy capaz de decir. Tomo ese infalible argumento como un "hombre" (en el sentido humano) y no me regodeare en las circunstancias atenuantes que conciernen a la hueva que tenia esa noche, las ganas de no quedarme callado, o el propio reto que me significa preguntarme honestamente quien chingados soy o que demonios quiero inventar sobre mi mismo. Lo hice, lo dije, lo fui. Y ahora esas pavadas siguen ahi, mientras yo me cuestiono ironicamente la estupidez de mi estupidez, o sea, la metaestupidez que puede llegar a regir mis actos en una madrugada de ocio y preguntas personales.

Lo curioso no es mi neurosis. Esa ya la conozco, y, en buena parte, quienes me quieren la conocen y la soportan tambien. Lo curioso es lo que me veo decir de mi mismo. Lo que me permito escupir y que luego, en un redoble por demas narcisista, leo y leo hasta que me convenzo de que soy una caricatura de cierto mi mismo que no conozco realmente. Eso es lo que me sorprende: que, sin sentirme mejor o peor por ello, me doy cuenta que soy muchas cosas muchas veces, y al mismo tiempo, una cosa cada vez. Soy necio, si, tengo inscritas algunas muchas certezas pendejas como el izquierdismo, la cursileria, el terror, la desesperanza, la mamoneria, la verbalidad, el abuso del idioma, el desamparo frente a lo real, etcetera, si, las tengo; pero tambien opera en mi otra forma de mirar el mundo. Una que tiene que ver con todas esas certezas pero que lo unico que consigue es dejarme incierto. Una de la que me cuelgo en intervalos diminutos de tiempo, y que rige gran parte de mi deambular fantasmagorico por la vida. Una que no es mas que la duda perpetua empaquetada por el hijo de puta de Descartes, y luego reprocesada por decenas de brillantes hijos de puta existencialistas, racionalistas, idealistas, fanaticos y un sinfin mas de contrarios coincidentes que solo logran hacerme sentir lo que ya dijo el primero de estos grandes cabrones sin rumbo: Y es que yo solo se que no se una chingada.





Y aun asi, me atrevo a hablar de mi. Aun asi, persisto. Aun asi, no me atreveria al suicidio o a la sobajacion voluntaria de mi mismo. Aun asi, con toda esa falta de fe, aun creo en el amor. Como buen habitante del caos globalizado, como buen superviviente del tsunami de la informacion, como buen pretexto para la debilidad, me permito creer. En el amor. Donde quiera que este. Dentro o fuera. Como un billete de 3 o de 3000 dolares, tirado en el piso de algun palacio morisco que aun no conozco. O como una nueva certeza, dentro de mi pero cerca de alguien. Alguien que aun no conozco. Como a mi. Como a esa certeza. Como al palacio morisco. Como a esa chingada chingada.


Y me asusta, con una dulzura terrorifica, que esa esperanza perviva con semejante permanencia. Pero es permanencia voluntaria. Ya conozco el final de la pelicula: Ahora quiero ver el principio.


Salud.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

para definirnos tendríamos que echar mano de todas las mentiras del mundo, pues estaremos diciendo cosas que recordamos de nosotros, de cómo recordamos que somos nosotros. de otra forma tendrías que definirte en el acto. quién es el que está escribiendo ésto?

recordar quienes somos es tanto como inventar quienes queremos ser. los recuerdos son un cuento de niños leido por el cuenta cuentos de nuestro ego. así que quién eres?....mejor dinos quién quieres ser. y te lo tendremos que creer: no habrá verdad más absoluta que esa (porque nadie la puede desdecir, ni tu)

chaludos chami

Alfredo Mora dijo...

El hi5 te esta trastornando hermano. Es nomás una herramienta de ligue. Una más. Casi equis.

Jajajajajaa.

Hector dijo...

Antes buscabamos en la barra, escudados por una chela o un whisky, ahora nos escondemos detrás de una fotito y un perfil "que nos defina". Al final todo es siempre lo mismo: la búsqueda.
"Arrieros somos y en el camino andamos"...

*AntagoniSta* dijo...

una definición propia teórica o práccticamente real?. o más bien una defición realmente teórica?

Besos y dudas.

Anónimo dijo...

ya pinche chamirú, actualiza o seráis castrao!