Bueno. Todo bien. Nada es para tanto. Aunque Sánchez Villa esté de vuelta, el sol sigue brillando detrás del suculento smog de la ciudad. Tanto pedo me pone de malas, pero sólo por momentos. Intervalos de quince minutos (quien me conoce, sabe a lo que me refiero, quien no, pus se lo pierde :-P -ups, perdón David Huerta pero se me sale lo ególatra cuando necesito entrar en fase de amor propio exacerbado)
Total, en los próximos quince minutos voy a estar a toda madre. Me voy a ir de fin de semana, voy a estar deliciosamente solo y en paz. Le meteré a la novelita que estoy escribiendo, ordenaré mis ideas, prepararé mi pronta mudanza, me pescaré de los primeros ojos bonitos que me cuenten una buena historia y luego, en los quince minutos subsecuentes, los abandonaré para regresar al redil de la productividad y la pseudoeficiencia.
Noooo lleeevooo priiissaaaa. Sólo unas ganas locas de irme a Europa en Diciembre, a visitar a tantos cuates que andan por allá, gozando del oro azteca, inca, del diamante sudafricano y de las checoslovacas en remisión amorosa.
Vaya. Tiempo de ponerse de buenas. Escapar un ratito del síntoma y caminar sin rumbo fijo. Sin fumbo rijo. Sonriente y en paz.
Hasta pronto!
Salud!
La linea que separa a un valiente de un cobarde está trazada con cinismo.
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