La linea que separa a un valiente de un cobarde está trazada con cinismo.

enero 01, 2006

Un año diamor. (Luz dixit)

La mente dice: Quéjate, quéjate, quéjate. Victimízate frente a los otros. Revuélcate en tu puñetera pesadumbre.

Y el resto diceque no. Sabe que no. Todo marcha absurdamente bien (sí, ya se me había olvidado el poder de una mordida en las pestañas). Todo marcha sabia y acicaladamente bien.

Hace un año abrí un blog sin saber muy bien para qué. Apenas regresaba de Tijuana y la puta ciudad se sentía más gélida que de costumbre. Mis grandes amigos estaban todos fuera, muy lejos. Tijuana era ya un burdo recuerdo. El vuelo de regreso estuvo de la rechingada, como todos.

Y recuerdo que llegué a casa y me sentí sólo. Vaya, no sólo. Me sentí más sólo que un mojón en el desierto. Sin ganas de nada. Extrañando a todo el puto mundo. Y me vi sentado frente a la máquina. Y me miré mientras escribía mis datos de registro. Y todo pasaba como siempre que uno parece vivir en tercera persona. Cerca pero lejos.

Pensé primero que la blogósfera sería un lugar interesante donde conocer amiguis, ja. Y luego me hice de simpáticos enemiguis a la primera de cambios, jo. Todo para dar la vuelta por aquí y por allá, dejando muchos comments, y finalmente involucrándome con el jueguito, persistiendo en el patético intento de escuchar y hacerse escuchar a la vez, en una plaza pública donde nadie te conoce y a nadie le importas.

Hoy tengo un año de escribir en este abismo, y no puedo definir ninguna razón apropiada. Escribo porque sí. Escribo porque me hace falta. Escribo porque quiero que alguien lea o porque sencillamente me da la gana. Todo depende.

Lo que me queda claro, justo ahora, es que no soy el mismo que comenzó a escribir todo esto. No soy el mismo que escribió anteayer o la semana pasada. Ya nunca soy el mismo. Y en lugar de petrificarme me inyecta de fuego: Nunca quieto. Siempre, siempre, siempre revuelto.

Y eso mucho me complace. Me complace sobre todo no saberme en silencio. Perdurando mis letanías, abrazándome a lo intenso. Qué más da.

Me descubro día a día. Sí, como dijera Un solo Ojo, me tomo un café conmigo mismo, cada día. Y luego me desentiendo.

2 comentarios:

hugo dijo...

bueno pero habra que tomarse un mezcal uno con el otro. feliz año, feliz año de blo, y me dio gusto conocerte, si solo lo que duro comerse unos sushis.

Silencio dijo...

Pues que le hacemos, si si a nadie le importa realmente pero eso no importa porque a fin de cuentas nada importa solo lo que uno quiere darle como sentido a las cosas, llevo días sin hablar con nadie, sin salir, solo viendo películas, pensando a veces como es la vida afuera y no importa, nadie se da cuenta porque a nadie le importa.

Alguna vez mi ex me dice, bueno es solo porque estamos juntos, si no te callaba. Demonios el contexto le daba importancia a mi discurso, mierda, no le importaba.

No, nada importa.

Uno escribe porque si, porque es la mejor forma de demostrarse que uno no esta muerto y después de la depuración, ya sabes primero todos lados y todo el mundo y al final solo unos cuantos, pero creo que esos cuantos encuentran algo en lo que escribes, identificación de sus propias telarañas, eso es lo que hace que hacerlo público sea tan reconfortante, alguien más por allí se hace chaquetas mentales parecidas, quiza por eso, al menos a mí, me late hacerlo público.

Como sea buen año.