La linea que separa a un valiente de un cobarde está trazada con cinismo.

abril 16, 2005

Visitas a la cruda realidad.

Que no quepa ni la menor duda: Laord tiene razón.

Es más: Tiene toda la puta razón del mundo. Dice las cosas más sensatas que se pueden decir, políticamente hablando. Me postro ante su postura. Sobre todo porque sé que no es un pinche revolucionaro de chatroom más. Por el contrario, es de las pocas personas que siguen teniendo los huevos de defender su radicalismo sin pudor. Salve pues, master Laord. De gente como usted depende la poca esperanza del mundo.
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Hoy me fui de pedo: Es decir, me empedé hasta el más inverosímil de los hartazgos, pues. Sin pena ni gloria, revisité los lugares donde empedarme era y seguía siendo seguro. Y siguió siéndolo, evidentemente. Fue solo que, lastimeramente, me topé con realidades crudas que no quería vivir de ningún modo. Y por desgracia no hubo chance de elegir. Lástima: Hoy me quedó claro porque el mundo es tan mierdero como nos consta, y, sobre todo, me resultó perfectamente entendible porque la izquierda no ha logrado una chingada pa remediarlo. Ni más ni menos.

Estando sumamente pedo, llegué a un habitáculo chilango donde se congregan muchos de los que quieren seguir chupando y no pueden. Al menos no en los putarracos bares condeseros de donde provienen. Y por eso es que llegan al "Burbu", donde las chelas fluyen hasta pasadas las cinco y nadie la hace de pedo si resultas estar más ahogado que los muertos del Titanic. Un magnífico lugar, obviamente, siempre y cuando se le juzgue conociendo su contexto: Lo mejor que puede ofrecer nuestra pusilánime vida nocturna condechi, pasadas las dos de la mañana.

Así fue que llegué bien pedo al susodicho lugar. Sin mayores problemas conseguí que me sirvieran una chelita, para no andar sediento. Sentado en la minúscula mesa, alcancé a escuchar la conversación de los greñudos adyacentes, quienes, apenas unos centímetros separados de nuestra debacle, vociferaban contra el IMCINE y su elitismo pedorro y constante.

En mala hora se me ocurrió andar coincidiendo con los susodichos pendejos. Tuve a mal decir lo mucho que me cagaba el hecho de que el IMCINE llevara tanto tiempo apoyando mamadas pseudo-hollywoodenses, y queriendo que el cine mexicano se postrara ante el lenguaje gringofílico y pendejo de la cinematografía gabacha. En ese mismo momento fui convertido en quién-sabe-qué chivo expiatorio, no lo sé. Pero mi interlocutor se dedicó a cagotearme con una saña increíble: como si yo fuera el mismísimo ejecutor del elitismo cultural de nuestra cagada de país.

Peor aun resultó mi defensa. Incrédulo frente a tanta pendejada, se me ocurrió decir que el pedo de nuestra amada izquierda se debe a que gastamos mucho tiempo, energías y argumentos luchando unos con otros. Y que la cosa que nos hacía débiles como izquierda, era precisamente nuestra incapacidad de formar frentes comunes contra la solvente ultra-derecha que nos chinga cada vez que quiere., por el simple hecho de que sabe congregarse y patalear.

No se me hubiera ocurrido decir tal pendejada: El que antes fungía de mediador entre el cineasta y yo mismo, se puso como energúmeno. Comenzó a escupir sin pudor alguno mamadas como que "mis pantalones eran levy's" y "me esperaba un coche ahí afuerita". De nada sirvió demostrarle que mis jeans eran marca libre, ni que no había ningún coche esperándome ni en sueños. La cosa estaba resuelta: yo era un puto burguesoide oportunista a los ojos de este par de pendejos.

Menos mal que se largaron rapidito. Y mejor aun que no indagaran en sus propias teorías pendejas, pues nos hubiera llevado a unos muy tristes madrazos. Yo, tristemente, me di cuenta de lo jodidos que resultamos los de izquierda cuando queremos pasar como grupo político.

Y, sin saber cómo ni cuándo, me di cuenta muy de repente del porque más íntimo y constatable que me hace admirar el cinismo de personas como el chango. No cabe duda que no hay otra solución. La esperanza política es algo patético: A gozar se ha dicho.

4 comentarios:

Lahetaira dijo...

no entendí cuales fueron las crudísimas realidades, esas cosas terribles que no querías vivir... y eso que te ibas a dormir a tu casa...

Plaqueta dijo...

A mí me da terror meterme en pláticas ajenas. Siempre me ven con cara de y-a-ti-quién-diablos-te-preguntó-tu-opinión. Mi seguridad, endeble como la izquierda en México, no está para esos trotes.
Por eso blogueo.

Tony Camarasa dijo...

Eso de que te fuste de pedo Nanai. Nos fuimos de pedo y las peleas te las quedas tu solito, que no me compartes los créditos. Yo evite que te matararan a navajazos.
Siempre seré un héroe en la sombra.

hasta la proxima.

Hector dijo...

Ah pinche Xamiru!, quien te manda andar de opinionoide de plàticas de frustrados pendejos, y que tal de jazz? salùdame a la banda...