La linea que separa a un valiente de un cobarde está trazada con cinismo.

noviembre 20, 2009

Division Bells (post largo, sesudo y lleno de Luz y Fuerza, je)

Pueden creerlo: Soy de izquierda total pero no desprecio absolutamente la liquidación de Luz y Fuerza del Centro.

Durante años, LyFC había sido una verdadera carga personal: para mí y para los míos. Meses de cobros irrisorios (3500 por bimestre en casas de 12 focos, por ejemplo). Cortes arbitrarios, departamentos vaciados por caseros abusivos y coludidos con la empresa, vaya: Una verdadera monserga por donde se le vea.

Y sé perfectamente que no era yo el único. A mi medianamente humilde edificio en la colonia Juárez -al mismo tiempo que a mí- le llegaban recibos de 30,000 pesos por una minúscula bomba de agua plus 10 focos que alumbraban el largo camino de 4 pisos que compone toda la inconmensurable construcción. Tomó muchas horas de queja y demostración, además de 6 horas de arresto personal en los separos de la delegación Cuauhtémoc, para que la extinta compañía de luz y fuerza del centro nos dejara de chingar alevosa y redomadamente. Nada padre, si me preguntan a mí, que pasé (y pagué) por un arresto ilegal, sin deberla ni temerla.

Es así que mi postura -no la personal, sí la política- poco tiene que ver con mi desprecio profundo y absoluto de la susodicha empresa. Al día de hoy, para colmo, yo les debo 5,032 pesos. Tres bimestres de 200 pesos y uno -misterioso- de 4,400 pesos (cobrados en tarifa de alto consumo, por los huevos de quien sabe quien).

Sobra decir que nunca les voy a pagar semejante cantidad. Probablemente robe el medidor o me haga absolutamente pendejo cuando -en el año 5000- la CFE se tome el tiempo para cobrarme tales fortunas que yo -por supuesto- desconoceré absolutamente. Y sin embargo, no comulgo con la liquidación de tan infernal empresa. Y no lo hago por razones tan válidas como las que llevaron a Felipe Calderón a despachársela: Y es que no me da la gana.

Las cifras son sumamente ambiguas: Algunos afirman que LyFC implicaba cerca de 60,000 empleados formales (y probablemente chingonomil informales). Si semejante cifra fuese cierta, hoy hay 300,000 individuos que -de un día para el otro- se quedaron sin ingreso-alimento-comodidades-etcetcetcétera. Y por más que yo desprecié, desprecie o aún despreciaría a la empresa que les daba de comer, no puedo sentirme feliz ante semejante despojo.

Y es que hay que entender cosas muy simples: Primero que nada, la maniobra política. Y es que a pesar de que el sindicato de LyFC ha sido por demás voluble desde que "vio la luz", es innegable que en la presente década ha sido un elemento sindical beligerante y contestatario frente a los gobiernos panistas que nos han "dirigido" desde el 2000.

Y, segundo, es innegable que el panismo federalizado ha buscado -por cielo, mar y tierra- una manera de regolpear (y digo "re" porque suficiente se ha golpeado a sí mismo) al gobierno "izquierdista" de Marcelo Ebrard. Incapaces de nulificar a la ciudad por la vía presupuestal, todo parece indicar que los brillantísimos panistas contemporáneos han optado por generar 300,000 paupérrimos más (a través de esos 60,000 despidos), con el afán de delinear un clima de caos y confrontación que -por la vía de su siempre bien entretejida estrategia de medios (y esto lo digo con mucho conocimiento de causa)- pretenden "zarandear" y cosechar: Todo en la forma de la indignación popular que generan las satanizadas marchas y todos esos "ladrones" que "pretenden cobrar 1500 pesos a cada familia", según los últimos espots que el gobierno federal sigue pautando frenéticamente para justificar la desaparición de LyFC.

Un eunuco como yo no puede sino situarse en el justo y comodino medio de toda esta estratagema Macartista. Pero por más que lo hago, y por más que recuerdo las arbitrariedades de las que fui víctima gracias a esa pinche empresucha protopriísta, no me queda otra postura que la de sentirme aterrado ante el panorama palpable: No habrá marcha atrás whatsoever. LyFC nunca más operará el suministro de la pseudociudad más grande del mundo. Y sin embargo, difícilmente esto significará una mejora en el servicio que los usuarios finales recibimos.

¿Por qué lo digo? Muy sencillo: Hasta la noche de hoy, mi edificio estuvo en penumbras durante siete días. Aunque no "en penumbras" propiamente. Déjenme explicarles: La corriente que brota del cableado subterráneo que cuadricula el centro histórico del Distrito Federal, es muy diferente a todas las demás. Aquí no hay postes ni cables colgantes a todo lo largo de las calles. Acá la luz llega desde debajo de la tierra y -en teoría- es trifásica. Esto quiere decir que tres gordos cables alimentan cada local y cada casa y cada edificio de la zona. Y cada cual alimenta una serie de viviendas, comercios o complejos luminosos, según sea el caso.

Bueno, pues resulta que hace una semana se quemó (o tal parece) un par de cables que alimentaba mi edificio. Por ende, dos terceras partes de los departamentos quedaron en penumbras, sin contar con que la bomba de agua se quedó igualmente jodida por lo mismo. Las quejas brotaron y brotaron desde el primer minuto (tengo vecinos que repelan, gracias a dios). Y pasaron siete días y dos docenas de quejas para que la nueva y renovada cuadrilla de operaciones de la súper CFE pudiera descifrar -y resolver- el susodicho problema.

Todo esto no tiene otro propósito que el de denunciar la estupidez operativa de nuestro puñetero gobierno: Y es que quizás a mí no me habría importunado mayormente un recambio radical de LyFC, hecho por las razones correctas, y operado con la sensatez necesaria. Pero vaya que me emputa que un presidentito enclenque se tome la libertad de disolver a la empresa que se encarga de suministrar la luz de 30 millones de personas sin otra previsión operativa que la de montar un "call center" tan ineficiente y ridículo como la propia empresa que le dio la gana disolver. Y es que es sintomático...

Es esa clara y precisa falta de previsión y eficiencia la que nos tiene como nos tiene. Gobiernos estúpidos pasan y se suceden, uno sobre otro, y la culpa siempre la tiene -mediáticamente- el anterior. Y así ocurría, igualmente, con el PRI. Pues hay tantos PRIs como contextos globales. Y tantos delamadridistas como lopezportillistas los hubo en su momento. Siempre recargándose en la ineptitud del comandante anterior -de dientes pa'fuera- pero siempre abusando del ciudadano presente. Y -guess what?- siempre reeligiéndose con números insultantes. Y siempre evidenciando la falta de criterio de nuestra victimizada -y victimizante- ciudadanía.

Hoy llegó la luz y debería de estar feliz y contento. Y sí: de algún modo lo estoy. Pero no nací tan purasangre como para aguantar un antifaz y sí -yo sí puedo- al menos me jacto de poder ver más allá de mi propia nariz: Este decretito tiene destinatario, y el destinatario es la ciudad (nuclear y extendida), además de todos sus habitantes. Y más allá de lo que Marcelito Quebrard ha malhecho, tenemos también a Felipillo y sus huestes desesperadas por admiración, aunque sea sobrante.

Yo, que detesto con toda mi alma a LyFC, no puedo entregar mi admiración tan fácilmente. Pues quizás haya desaparecido una empresa vomitiva y deplorable de un plumazo, sí, pero lejos esto significa que la próxima será mejor.

Hoy llamé a su apreciable Call Center: Así, de entrada, les puedo decir que "el sistema" no sabía de una "colonia Juárez".

"Aquí están el monumento a Cuauhtémoc, a Colón, la Ciudadela y Bucareli. Incluida la Secretaría de Gobernación" -les respondí-
"A ver, deme su código postal, señor, por favor" -replicaron, muy modositos-
"06600" -dije, de memoria-
"No, señor. Ese código me aparece en la delegación Azcapotzalco, acá en el sistema..." -respondió la nueva empleada, confiando absolutamente en su "sistema"-

Sobra decir que al final (luego de media hora), encontraron la colonia en "el sistema". Y después de hora y media de palabritas y reclamos cortantes -mágicamente- volvió la luz luego de siete días. Dudo mucho que gracias a mi impertinencia. Pero dudo mucho -también- que gracias al infalible plan operativo que Felipillo y sus secuaces habían NO ideado antes de desplantarse a LyFC, sin tener ni puñetera idea de lo que estaban haciendo.

(Y vaya, pa terminar, un breve recordatorio: Este señor era el que vendía planeación y visión a largo plazo. Y de igual modo, ofrecía recortar impuestos en lugar de subirlos. Y aunque hoy se justifique, permanentemente, en la crisis global, yo sí me quito el sombrero frente a Joseph Stiglitz (premio nobel de Economía 2001), y puedo constatar que de estadista, este pinche enano no tiene nada. Y que de pendejos, sin ofender, todos los que votaron por este imbécil por puro miedo, lo tienen todo).

Y salud.

2 comentarios:

Luisz dijo...

Buen día, me presento:

Soy editor de una revista nueva que saldrá al mercado el próximo febrero. Es una publicación mensual de distribución gratuita enfocada en publicar masivamente (en la Ciudad de México en un principio) los mejores posts de blogs mexicanos.

Entre nuestras secciones, hay una dedicada a reseñas de películas o series de televisión.

Y en ella nos interesa publicar tus entradas:

La futilidad de lo aleatorio.
http://autocomplaciente.blogspot.com/2009/06/la-futilidad-de-lo-aleatorio.html

y Division Bells (post largo, sesudo y lleno de Luz y Fuerza, je)
http://autocomplaciente.blogspot.com/2009/11/division-bells-post-largo-sesudo-y.html


Espero que te interese y puedas darnos tu autorización para publicarla, con el debido crédito y fuente por supuesto. Me pongo a tus órdenes si tienes preguntas o comentarios.



Saludos.

luisz@blog-me-do.com.mx

Chamirú dijo...

Vas.