La linea que separa a un valiente de un cobarde está trazada con cinismo.

septiembre 22, 2006

Aterrizaje forzoso (II)

Vengo aterrizando de la noche y, como siempre, este es un momento en el que siento unas ganas terribles de postear. Curiosamente, los "mejores" posts -de acuerdo a los comentarios, ya por cantidad, ya por calidad- son los que fabrico entre tiempos, a las dos de la tarde y cuando más aburrido e incapaz de escribir me siento. Pero no, cosa curiosa, resultan ser los que más ganas tengo de hacer. Por el contrario: Esos vespertinos salen sin ganas, como si nada, como si estuvieran allí, esperando a ser escupidos. Y es curioso, y es nefasto, pero, finalmente, es más curioso que cualquier cosa. Los de la noche son los que más me causan roña y los que menos le importan a todo el mundo.

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El evento estuvo bastante bien. Quitando el hecho de que anduve tenso todo el rato, yendo de aquí para allá, cansado y pidiendo explicaciones en todo momento, el evento estuvo magnífico. De las 6 u 8 u 80 personas que invité, sólo fueron quién sabe. A lo mucho recuerdo dos o tres que verdaderamente llegaron porque me tomé la molestia de incluirlas en esas listas que me cagan (listas de invitados), pero que acaban siendo parte de mi trabajo y de lo que tengo que hacer, así que ni modo.

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Y aún así, aún si vengo regresando de la casa del amor de mi vida, el más entrañable, el que sigue siendo y que me hago pendejo pa no constatar, me siento solo. Y me siento solo porque el amor de mi vida se queja de que en todas las veces que me quedo en su casa, desde que ya no estamos juntos, "no reparo en hacerle nada, aunque se desnude junto a mí y me haga aspavientos". ¿Pero qué chingados piensan ciertas mujeres? Cuando uno debiera ser salvaje, se porta manso y predecible. Cuando tendría que ser predecible y sosiego, se pone alocado y horrible. Cuando uno mejor hubiera de irse a dormir, resulta que se queda y argumenta durante horas toda una serie de cosas que no tienen resolución ni respuesta. Menuda paradoja.

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Y por si fuera poco, están los extraños celos que uno siente de lo que no debiera. Una boca amiga que por ahí anda enamorándose sin recelo, puede, a todo esto, causar semjantes distracciones como para no ponerle atención a nada. Al punto de monitorear la boca de alguien que es deleitable y maravillosa pero que, sin pedos, jamás ha prometido ni significado nada más allá de unos besos fortuitos que no se te quitan de la memoria. Ahhhh, helo aquí: esa es mi jodida condición de hombre que no sabe olvidar o tomar ninguna cosa a la ligera. Es decir, he aquí mi pedo y el de nadie más.

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Claro que de pronto estuvo esa rubia sorpresiva. La misma que durante semanas había estado buscando un momento para subirse al cuadrilátero conmigo, y hablar entonces de todas nuestras ganas de ser terroristas impúdicos. Y ella sí que fue la salvación, al menos mientras estuvo. Esa clase de gente con la que las palabras y las ideas sencillamente te brotan desde las fauces y junto a las que no te sientes incorrecto. Esas coincidencias que aparecen sólo para estar demolidas por su día anterior, y resueltas a decirte: "Volvamos a hablar pronto, fue fantástico", pero que mientras te recetan sus inevitables ganas de dormir, y te dejan con las mismas tribulaciones de las que ya te habían salvado.

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Pero bueh. Bueno. Una noche de absoluto delirio y que terminó relativamente temprano. Una noche de señales de humo, una noche de "almenares". Traducción: una noche de fogatas que se encienden en la cima de las montañas, y que dan cuenta a los ejércitos de que la guerra se aproxima y de que hay que estar al tanto (léase el Señor de los Anillos, pues, pa los que se quedaron con dudas).

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Y cada almenara resulta encender un foco rojo en mi vida: ¿Cómo puedo tener tantas amigas tan hermosas, tantas exmujeres tan cercanas, tantas hermanas por obligación? ¿Seré acaso un hombre tan amable como desconfiable? ¿Estaré tan equivocado al no despreciar a mis antiguos amores como para que ahora no me resulte ninguno?

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Yo tengo que pecar de ególatra, al menos por un instante, y saberme un hombre maravilloso y lleno de historias que sólo esperan una destinataria verdadera. Tengo que olvidar el miedo de los hombres hormiga, y entonces pararme en mis defectos para estar seguro de que lo que llevo bajo el brazo es único y maravilloso. Tengo que hacerlo porque renegar de ello sería retroceder y devolverme al miedo que hace mucho que dejó de surtir efecto en mis ganas y mis voluntades. Tengo que hacerlo porque estoy seguro de que mi piel y mi persona se doblan por muchos lugares, y de que soy tan enclenque como enclenque me comporte. Pero entonces no. No más. Maldigo al enclenque y me perfilo hacia quien me hace tanta falta. Y lo hago. Infructuosamente, hasta ahora. Pero lo hago, y persisto. (You are what you love, not what loves you).

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Comprendo que a pocos les interesen este tipo de cosas que escribo en mis aterrizajes. Comprendo que resulten crípticas, indescifrables, aburridas, soberbias, insulsas y prescindibles. Lo comprendo. Lo asumo. No espero que nadie diga nada: sólo las vocifero porque me hace falta. Porque también para eso está el blog: para ser el pañuelo, la plañidera, la llorona de mis desgracias. Y lo agradezco. Agradezco a quien dice y a quien no dice y auiqne no encuentra nada bueno qué decir. Me agradezco a mí, porque así me levanto más despejado y menos en drama. Sencillo. Concreto. Reconvencido de mis ganas de amar pronto a alguien a quien ser amado le haga falta.

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Y salud. Pues eso está a punto de pasar. Porque a punto está de ser ese delicioso mañana.


Y mañana, aunque no queramos, nos vemos.

7 comentarios:

Remedios la Bella dijo...

Pos si esta cabron, algo queda de lo vivido, creer en que existe alguien especialmente para ti?, quizas si exista con quien vivas parte de tu vida y sean felices y lleguen a viejitos...tambien quizas existan varios, grandes, furtivos, intensos y clandestinos amores, yo prefiero lo ultimo. Besos
PD. Morochas?? jajajajaja

Hector dijo...

asi es el negocio de las gelatinas, unas cuajan y otras no

Anónimo dijo...

Con tu rastreador sabrás quién soy. Escribo desde este anonimato para evitar comentarios pendejos hacia mi persona respecto de otras personas que ya se quejaron del tono en el que me he dirigido recientemente.

Lo que escribiste está muy bueno. ¿Por qué? Porque así amanecí hoy.

hugo dijo...

otro gran post y ni es criptico. se del beso, lero lero, y lo demas se infiere. cada vez manipulas mejor el lenguaje, en tu compleja percepcion pero con menos regodeo, mas intimo, mas directo y palpable. felicidades. saludos

Chamirú dijo...

REmedios: No espero nada a la medida, sólo algo que no se quede en un tacto superficial. Y sí: Me salió un argentinazo con lo de morochas, pero vaya que me gustan, ja.

Eréktor: Naah. No hay pedo si cuajan. Nomás son las ganas de no ponerlas en el refri y mejor zampárselas de un jalón.

Anónimo: El rastreador no hace magia. No tengo idea de quién seas, pero de todos modos gracias. Así amanecí yo también :)

Hugo: Gracias por las flores. Lo de los besos, pus han sido harto variados últimamente, pero ya me imagino que chisme te contaron, jaja. Qué le vamos a hacer, aunque en este caso no se trata de ese tema precisamente :) Es que ayer hubo una extraña aglomeración de besos regados, snif.

Nos vemos prontito!

Anónimo dijo...

Pinche post mamon, algunas cosas rescatables sin embargo. Los parrafitos del estilo... soy tan complejo que solo yo me entiendo... estan de weba. No mames!

Anónimo dijo...

hola soy justa, bueno el tema es que vos me recriminas haber copyleft tus palabras...te cuento que es porque me parecen geniales
y entonces decidi ponerlas en mi flog...jamas intente decir que eran mias, yo solamente pense que eran de algun admirador de dikens, eso era todo... cuando quieras pasa por mi fotolog, tb me gustaria tener tu mail. bueno eso es todo.
adios