La linea que separa a un valiente de un cobarde está trazada con cinismo.

mayo 19, 2008

¿Tan tan? ¿Quién es? Otro pendejo. (¡Actualizado una vez más!) - Pero si es sólo un postito en dos aaaaañooooos. Juar!

Al malote se le acabaron sus palabritas. Bah, qué fácil.


Estimados visitantes, asiduos, espías, detractores y amigos de verdad:


Durante más de tres años este remedo de blog ha estado en línea por motivos muy diversos. En ocasiones como bolsa de mareo en la cual depositar religiosamente mis desechos emocionales y mentales, en otras como un sitio para compartir bromitas, alegorías o palabras teledirigidas al corazón o mente de alguna persona que me importase en cierto momento; y también en algunas más ha sido un delicioso ring de boxeo en el que muchas riñas políticas, electorales o netamente blogueras tuvieron lugar, casi siempre con finales felices y victoriosos y en otras ocasiones sencillamente con finales, en los que o se acabó la llamarada petatera en turno, o sencillamente volví a alguna de mis otras modalidades que a nadie le importan, y punto.


Sin embargo, entre mediados de 2006 y principios de 2007, una nueva, pusilánime y resonante voz se dio cita en este patético lugar, y con un afán denigratorio se apuntó desde entonces a la tarea de zumbar, como uno más de estos anónimos mosquitos que en todos los blogs se dan cita, y dedicar -a veces horas y semanas enteros- a revisar, responder y colgarse de cualquier cosa para, como sólo los mosquitos saben hacer, chingar quedito cerca de las orejas y con una religiosidad digna de los insectos.

Dada la coyuntura de ese año, 2006, y los muchos pleitos políticos y de otras índoles que pululaban por México, en general, y por las circunstancias de mi vida en ese momento, supuse de muchas personas y de muchos de mis ya conocidos mosquitos. Y aunque uno a uno estos otros fueron siendo descartados, dada la mucha información que cada comentario pendejo iba proveyendo, sin que su autor pareciera percatarse, la realidad es que vamos ya entraditos en el 2008 y mi fan número uno sigue dándose sus vueltas, a veces más rápidas, a veces más lentas, y viene acá a "cazarme" (según sus propias palabras) ya que soy un "perdedor".

Esta es la cara que tienen los mosquitos caza-perdedores, luego de acudir a la primera fase del cuarto camino, o al quinto acuerdo, o al curso primero de don Miguel Ángel Cornejo. Su nombre científico es "Anophyilus Pedorrus" y suelen hacer más ruido que nueces. Se les halla trabajando cerca de Santa Fe, cenando constantemente en Polanco y en cualquier lugar donde puedan ostentar sus pretensiones de grandeza. Esta versión para colorear es una cortesía para mi mosquito mayor.

El maestro, en un gesto muy parecido al del mosquito. ¿Alguna resemblanza?



Y bueno. Debo confesarlo, nuevamente. Jamás he asistido a un club de Miguel Angel Cornejo, o me he juntado con los "ganadores" que la estrecha mente del alienado social supone que son semejantes plastas de mierda y autoelogio. A mí me gusta mucho mi condición de "perdedor" porque me recuerda más bien mi facultad de "outsider", y me deja la enorme tranquilidad de que -justamente- no tengo nada que perder, y que por eso disfruto lo mucho que disfruto la compañía de los muy buenos amigos que tenga, y de las muy hermosas (en todos los sentidos) mujeres con las que me ha tocado compartir un rato de mi vida, en practicamente cada ocasión.

Este personaje/fenómeno ha tenido, claro, resonancias coyunturales en otros pendejos en turno que han traído alguna rencilla conmigo y que tampoco tienen los suficientes guevos para planteármela frente a frente. Y siendo tan fácil encontrarme (porque los conoces saben que mi rutina de perdedor sigue frecuentando los mismos lugares y las mismas personas desde hace mucho tiempo), supuse que se trataba finalmente de eso: Mosquitos persistentes que se harían coro los unos a los otros mientras tuvieran ganas.

Hoy tengo un poco más claro quienes han sido cuáles, y -obviamente- sus motivos. Y también me queda claro que existe uno sólo, llamémosle el Mosquito Mayor, y que es el que ha sido más persistente, repetitivo y -en cierta manera- el menos importante, pues las posibilidades son tan reducidas que sólo puede tratarse de algún pendejo. Pero déjenme les expongo claramente mis ya elaboradas teorías y que cuentan con el análisis de otros amigos/lectores, además de cierto apoyo tecnológico:


Esta es la única imágen que haciendo gala de mis argucias tecnológicas he podido conseguir de mi mosquito mayor. Como podrán ver, su postura asemeja la del 98% de la población mundial, por lo que resulta muy complicado discernir su verdadera identidad.


Sospechosos Blogueros:

1) En el principio fue la Gabba. Un bloguerito en extinción, pseudopublicista y "ganador" que se puso punk como por 5 minutos. Esto ya tiene mucho tiempo y aquel no era tan anónimo como otros. Caso aclarado hace ya tiempo.

2) Después vino don Resistron 5000 y/o su novia, que luego de una rencilla semi-larga de comentarios pendejos dejó de defender a su "novia" homofóbica y retrasada mental a la que hicimos cachitos en conjunto. De este personaje condechi y "ganador" tampoco ha habido muchas noticias, y es muy dudoso que luego de dos años siguiera ardido por esas pendejadas.

3) El Chilango de Duranyork fue otra de esas luchas blogueras que duraron un ratito. Pero el tipo solía firmar sin vergüenza y además, acabamos poniéndonos pedos y cagados de la risa en alguna de sus visitas al D.F. Eso descartaría al susodicho.

4) Rogelio Villarreal, Guillermo Fadanelli o Tanya Sandler. Si bien en los albores de este blog me encontraba un tanto asqueado de la industria editorial mexicana, y que les tiré algunas piedras que originaron algunos intercambios de cates con esta familia autorreplicante, la realidad es que dudo que se atreverían a nombrarse "cazadores de perdedores", o que podrían mofarse de la drogadicción y alcoholismo de cualquiera. Eso los descartaría a los tres de un plumazo, ya que son conocidas divas de la autogratificación oral, en todos sus sentidos, y además, mal que bien, los tres escriben bastante bien, lo cual descarta a nuestro machín de cantina una vez más.

5) Rodrigo Sánchez-Villa: ¿Quién, que haya leído este blog en 2006, podría olvidar las encarnizadas putizas que nos acomodamos en el ciberespacio (aunque más bien fueron un poco desiguales, de acuerdo a sus propios amigos)? Y aunque la semántica podría seguir siendo similar, dudo que el muchacho tenga tan pocas cosas que hacer. Además, como en otros casos, acabé viéndolo en persona en varias ocasiones, y pues no le noté muchas ganas de partirse la madre. Y aunque este muchacho, dado tooooodo lo que ya sé de él, no puede ser descartado, sería muy dudoso que fuese TAN ocioso como para seguir chingando, dado que sé dónde vive y que incluso se ha atrevido a chupar en el mismo bar que yo, e incluso a acudir a alguna de mis celebraciones personales.

6) Luego me vino a la mente: Bien podría ser Ari Volovich. Releyendo sus comentarios de antaño, en los que vomitando su ardor se emputaba de lo patéticos que resultaban (y me siguen resultando) sus artículos, su pseudojudaísmo de closet (aunque ya su propia comunidad se vomita de él también) y toda su moralina ridícula...hmm...ese podría ser así de ocioso. Incluso recuerdo algún familiar suyo hablándome de sus problemas mentales hace no tanto tiempo...hmm...quién sabe. Y ahora que lo pienso y lo repienso, muchas veces lo vi hacerle al machín de cantina, cuando se ahogaba en la condesa con sus amiguitos. No lo sé, pero es una posibilidad interesante.


Hasta ahí llega la lista bloguera. No recuerdo ni he recapitulado ninguna otra rencilla virtual desde entonces y yo he estado más bien sumergido en otro tipo de asuntos, descuidando plenamente el blog a partir de mitades del 2007. Y debo decir que el análisis semántico de todos los comentarios piteros de este personaje me ha provocado casi lágrimas de risa, pues sea quien sea de verdad demuestra un microgonadismo (testículos microscópicos) y un ardor tan insospechado que hasta me hace sentir maloso, je.

***
No hay que confudir a los mosquitos con las moscas. Estas últimas, como bien me hizo notar un ex-amigo que aparece en esta lista, y parafraseando a Umberto Eco, no pueden estar equivocadas: Hay que comer mierda. Por eso es que ya hasta aguanto y me he encariñado con mi mosquito mayor. Me recuerda la inefable condición humana de los comemierda.



Sospechosos "reales" (léase, de la "vida real"):

El Padrotón: Personaje de alta capacidad creativa que llegó a este país a partir plaza y a utilizarla en la renovación total de la gama manipulatoria de nuestros nacionales. Uno más de estos trabajadores de cuello azul que llegan a México a demostrar que en este país bicicletero, el tuerto es rey. Luego de pretender ser mi cuate, beber de mi copa y padrotear a mi gente, tuvo una salida poco decorosa hace ya dos años (tiempo que también coincide con nuestro mosquito). Sin embargo, y dado que ha habido algunos otros roces posteriores, este muchacho jura y perjura que él no hizo nada y que es lindo y bueno y que ya lo deje seguir teniendo su vida y no lo señale con el dedo. Eso, aunque no dejará de sucederle, y no sólo por mi, sino por la enorme cola de gente furibunda que va dejando a su paso, tampoco lo hace el mosquito mayor, pues a pesar de sí ser de la familia chupasangre (y la chupañongas, según cuentan los últimos chismes), y aunque también estoy perfectamente claro de que este joven talento es el autor de algunos comentarios aislados, también es casi seguro que no se trata del mosquito mayor.

El realmente ofendido: A este personaje no podría reclamarle gran cosa. Durante mis años mozos hice terribles cosas con mis genitales (no, no me los pinte ni me los hice trencitas), y en alguno de esos calentones cometí pecados imperdonables. Sin embargo, este personaje también apareció en algún momento para reclamarme por mis chingaderas, y, habiendo tenido toda la oportunidad, tampoco se subió al ring como era de suponerse.

La perversa polimorfa
: Esta hipótesis, provista por uno de los analistas, apunta a que un personaje otrora muy cercano podría ser quien está detrás de todo el asunto. De cualquier modo, me niego a creerlo ya que durante muchos meses de estos casi dos años, la cercanía fue muy amistosa y en ningún momento hubo visos de malestar, aunque "uno no sepa pa' quien trabaja". De cualquier modo, esta mujer tampoco aplicaría en la materia de "mojigatería en el consumo de alcohol o sustancias ilegales", así que lo dudo mucho.

Cualquier otro pendejo: Este parece ser el verdadero meollo del asunto. Si bien me gusta el conflicto, y me he involucrado en alguna que otra rencilla verbal acá en la internet, lo cierto es que en la vida real tengo muy pocos "enemigos", que bien puede decirse que sólo es gente con la que hay animadversión, y punto. Cualquier otra persona cae fuera de mi conocimiento o mi interés. Puede ser desde el portero del edificio hasta cualquier otro tarado que se encuentre ardido por cualquiera que sea la razón. En todo caso, y como esto es lo más posible, dada la absoluta falta de huevos para mostrarse y la total falta de motivos que dicho personaje tendría para burlarse de mis muertos o para repetirse a sí mismo por dos años, esta es la hipótesis más viable hasta el momento.

***

Y con esto, amorosamente, cierro un capítulo de esta habitación virtual. Y seguramente vendrá el susodicho, u otros se colgarán y todo lo aquí relatado ocurrirá una y otra vez en versión microcosmos. Yo, sin mayor problema, doy por concluido mi interés en todo este asunto, ya que -en lo que a mí respecta- se trata de cualquier pendejo.

Y pues de pendejos está lleno el mundo, así que este gordito perdedor que -curiosamente- suele tener mucha suerte para muchas otras cosas, se marcha a seguir trabajando y le deja a sus amigos y detractores un gran saludo.



Nota: A los que quieran chingar públicamente por última vez, les sugiero cariñosamente que no se repriman. El cagadero anónimo se va finalmente al baúl de los recuerdos y todos esos comentarios que han sido filtrados por la moderación a mí "me sudan la polla". Sin importar cuán supuestamente ofensivos sean, uno debe reconocer que no cualquier pendejo puede ofender.


Y recuerden. La mierda también es universal.




Besitos (Juar!)!

mayo 12, 2008

Adjetivos para los vivos (y los muertos)

A la memoria de Olivier Debroise (1952-2008)



Todo lo que no era:


taciturno, na.

(Del lat. taciturnus).

1. adj. Callado, silencioso, que le molesta hablar.

2. adj. Triste, melancólico o apesadumbrado.




Hay adjetivos que me gustan y me disgustan. Y entre ellos, hay algunos con los que me identifico regularmente, o -como suele pasar conmigo- con los que más bien me identifico de forma intermitente. Y es que mi relación con "el mundo" o "la realidad", es asquerosamente estroboscópica: Se enciende y se apaga con una aleatoriedad verdaderamente exhaustiva. Minuto a minuto me agrada y me desagrada y, como diría la extraordinariamente rara película que vi anoche, lo único que no concibo es "How can't i be myself?".

¿El optimismo significante o el pesimismo recalcitrante? Ya sé que sueno asquerosamente culturoso y parecido a mi querido amigo hlk, pero es que esta disyuntiva patética me sigue pareciendo tan cercana (y tan lejana) como todas las absurdas dicotomías maniqueístas que tenemos que vivir a diario, que ya no sé si estrellar mi cabeza contra el muro repetidamente, o simplemente persistir en el on/off de placer y dolor hasta que un día la vida decida marcharse, y mi paso por el mundo sea tan significativo o infinitesimal como cualquiera de las cosas que estoy escribiendo ahora mismo. Creo que necesito acudir a los detectives existenciales, sí, y resolver de una vez por todas lo que no tiene solución. Vivir.

Hoy es el cumpleaños de cuando menos 4 personas que conozco. En estricto sentido he mandado las respectivas muestras de felicitación y/o recordatorio a cada uno de los involucrados. Y sin embargo, me siento invadido por ese adjetivo, digno de una caja de cerillos Talismán, y que es con el que empieza la diatriba existencial de hoy. Taciturno: silencioso y molesto de hablar. Apesadumbrado y melancólico. Y sin embargo, peligrosamente cercano a mi otro yo, el que grita fuera de control, habla por deporte, hace lo que tiene que hacer, dice lo que le da la gana, y con eso se compra el desprecio o la aceptación de quien sea.

Entonces, (y espero que me entiendan), ¿cómo se comprende que los que no son taciturnos, y dicen siempre, y tienen algo que decir, se mueran, y se mueren y se siguen muriendo, mientras los que nos cansamos de decir, los que no sabemos cómo, y no tenemos qué, seguimos aquí, presenciando cómo el mundo pierde a sus voceros más brillantes, poderosos y geniales?


Pero hoy soy taciturno. Absolutamente. A pesar de los abrazos y de los cumpleaños. Aunque tenga mucho que decir y la parte poética se esfuerce sin tener resolución posible. Taciturno porque el mundo hoy es más negro que blanco. Las grietas son más anchas que lo que nos conecta a todos. El vacío es más importante que los átomos.


Un hueco en mi corazón, uno más. Se murió uno más de los grandiosos y aquí, en el sopor, persistimos los prescindibles. Hígado, corazón y cerebro en mano: camino al mismo lugar, pero a un paso tan rápido como lento.

¿Dónde reside la justicia poética, el equilibro, la homeostasis, la normalidad? ¿Será que ese equilibro biológico y científico y mesurable, no conoce de metáforas ni de poderes abstractos ni de adjetivos?

Quizás. Quizás el equilibrio no requiere estrofas ni versos. La muerte tampoco sabe, ni le importa, si una boca besa bien, habla bien, o recita la verdad en haikús perfectos que valen más que dos segundos de grisaciedad cotidiana. Los adjetivos -para vivos y muertos- son habitantes de otro mundo. Un mundo en el que nadie vive o se muere. Un mundo platónico -si se quiere- donde las ideas nos miran desde la gradería, a carcajada abierta, mientras nosotros pretendemos darles con un palo, viles piñatas, y esperar a que un día nos lluevan encima, y lo ideal -el gran detergente de nuestras pendejadas- lave de una vez por todas esa eterna estupidez que nos conduce a ser nosotros, todos los días.



Y sin embargo, ¿cómo podríamos no ser nosotros mismos?