La linea que separa a un valiente de un cobarde está trazada con cinismo.

julio 08, 2005

Private Eyes (Searching for Uncle Nasty)

La noche era extrañamente larga cuando cinco teléfonos sonaron al mismo tiempo.

Brrrring, Brrrrrrrrrring, Brrrrrrrrrrrring.

Cinco manos se extendieron en busca de la molesta bocina.

- ¿Hola? - contestaron cinco voces en distintos idiomas y con distintos tonos, texturas, tesituras y registros.

- Soy el agente X - replicó una sola voz omnipresente y unisónica - Todos ustedes me conocen bien -

Cinco mentes ubicaron con velocidad al agente X. Se trataba de él. Él y no otro. El mismísimo instigador de los infiernos. El removedor de monarcas, el destripador de jerarcas, el látigo de los añejos dictadores.

- ¿De qué se trata esta vez? - replicaron también, en franca armonía, las cinco voces en cinco idiomas y con cinco temblores distintos.

- El sujeto se hace llamar Nasty. Su deber, apreciables colegas, será investigarlo. Descubrir quién se esconde tras esa cómoda sonrisa que nadie conoce. Averiguar, por todos los medios posibles, cómo es que escribe lo que escribe. Y sobre todo, cómo y por qué es que le aterra ser expuesto frente a sus recién nacidos lectores. Nada más y nada menos.

Cinco quijadas se desencajaron al mismo tiempo. Cinco suspiros resollaron contra cinco distintas bocinas, tan privadas como lo más privado que conoce la historia. Cinco látigos de desesperanza golpearon las mentes de cinco privilegiados detectives.

- Viniendo de usted, no nos queda más que considerarlo como un hecho - replicaron cinco voces en fuga. El agente X resolló aliviado.


España
Carvalho no cabía en su propia agitación.

- Mira que asignarnos semejante tarea - se repetía mientras masticaba unos callos preparados por su fiel Charo.

- El tipo se ha vuelto loco. Ni Dios ni el rey ni el hijo de puta del caudillo podrían con semejante encargo - musitaba tras engullir los colesteroles dignos de todo un año.

- Óyeme, Charito. Todo lo que sabemos está en las propias páginas que el tío-tía este ha dejado regadas por todo el cojonudo ciberdespacio. Unos días amanece que va de chulo: letra sobre letra, finamente entrelazada y es que eso despista a todo dios. Otros días le apetece la mierda. Y sobre ella descansa como un puto camello sub-sahariano. Es que no tengo ni puta idea, Charito. Ponme un poco más de esos callos tuyos y ayúdame a pensar.


Argentina
- Sorete hijoputa este, mirá que cosa. Mirá que pedirme a mi, al mismísimo Oliverio, andar averiguando los andares de cualquier salame inexpugnable. No se vaaaale, ¿viste?. Esto es todo menos mi trabajo. Andá a cagar.

- Oliverio, píntame un cordero.

- ¿Un cordero? ¿Un cordero de mierda querés que te pinte? Andá y pintátelo vos, pibito de morondanga. ¿Qué no ves que estoy ocupado, conchaetumadre? A rajarle el culo a tu cordero. Estas sí que son palabras mayores, ¿entendés?

- O-oliverio lindo, ¿me pintás un corderito?

- Ché, pibito, entendé. No es que quiera ser grosero con vos. Pero este hijo de puta del equis recién me ha pedido una tarea imposible, loco. Mirá que averiguar quién es el Nasty, mirá qué cosa. Muy piola el hijoputa. Tan tranquilo, ¿viste?. Seguro que me lo pidió a mí porque sabe bien que para nosotros los poetas no hay nada imposible. Pero esto, ESTO, se pasó el machoemierda este.

- ¿O-o-oliverio? Se me hace algo tarde para verme con la serpiente, ¿sabés?. Mirá que vuelvo luego, ¿ta bueno?

- Perdoná, boludito. Ni te escuché. Andaba leyendo los putos tangos que el dichoso nasty pone y re-pone por todas partes. No cualquier tango, ¿sabés? Hasta el jodido Goyeneche se iría de orto nada más de leer que están vivos. Seguro que es Argentino, ¿sabés?. Seguro que es Argentino el hijoputa. Ocupa en el caminito, la concha de su madre a que sí...

Inglaterra
- ¿En qué piensa, master Holmes?
- En nada, Watson. Tengo hambre.
- ¿Qué no era el agente equis al teléfono, master Holmes? (teléfono que inventaron como 70 años después de muerto Holmes)
- Elemental, mi querido imbécil. ¿Qué no se me nota en la cara?
- Easy, master Holmes. Aquí le traigo su pipa turbocargada. Recuerde que soy susceptible y que su adicción al hashish marroquí está lejos de ser mi culpa.
- Perdona, Watson. Es que no dejo de pensar en lo imposible que resulta la tarea encomendada por el agente X. Menudo dilema. Sacado de las mangas del doctor Moriarty.
- Solo dígame qué es lo que le inquieta, maestro Holmes. ¿Es acaso el perfecto inglés del sospechoso? ¿O quizás su proclividad hacia los clásicos del jazz, mismos que no serán apreciados hasta el próximo siglo?
- No, Watson. No se trata de eso. Me pregunto si es que nació en Yorkshire, hija de padres londinenses, o si en verdad es un mancebo oriundo de Wyoming, allá en los Estados Unidos...
- Diantres, Holmes. Por lo visto me lleva usted mucha ventaja.
- Prepáreme otra pipa y se lo explicaré todo, mi querido Watson.

Francia
- Mademoiselle?
- Sí?
- Un café, pog favog.
- Monsieur, usted sabe bien que aquí no segvimos a los belgas.
- Face a la merde, hijaputa. Tgáigame un café.
- Sabá, sabá. Ahoga se lo tgaigo señog Poigot.

Las tribulaciones de Poirot aterrizaban en su rostro. Enjuto, inerme, en medio de un Paris hostil, no daba con la menor solución que apaciguara su ansiedad.

- Je lui crache à la gueule. Je lui crache à la gueule. Je lui crache à la gueule. Eso no puede seg, de ningún modo, un comentagio a la ligega. Ejemplifica, pegfectamente, la inmensa vinculación del sospechoso con las malas manegas. Y en pagticulag, con las malas manegas de las peoges manegas del Pagís undegggound. Mon dieu.

La camarera regresó a la mesa con un café sublime entre las manos. Atentamente lo colocó frente a un Poirot ensimismado y taciturno. Cuál sería su desgracia, cuando éste, en voz alta, le repitió:

- Je lui crache à la gueule.


México.
Belascoarán colgó el teléfono e inmediatamente se quedó dormido. "Puto agente X", se decía. "Andar chingando cuando uno trae esta cruda, es algo que no tiene madre...mejor que se la busque él solo..."

Por la mañana de las tres de la tarde, las cosas eran distintas. Afortunadamente, Belascoarán no estaba tan ahogado como para no recordar la llamada vespertina. Ni mucho menos la absoluta obligatoriedad que le imprimía la autoridad del agente X. "Si me habló personalmente es por algo", pensó, e inmediatamente se dirigió a la cervecería para aclarar sus pensamientos.

"Lo másh cabrón esh que no importa una sshingada", le decía a Don Cuco, el plomero que, por desgracia, se había sentado a su lado. "Valen pa pura madre lash distinshionesh del dishcursho, lash diferenshiash notablesh entre un texshto y otro...el shujeto, o shi me permite la exshpreshión, la shujeta, tiene una idem del tamaño de Tlatelolco..." Don Cuco, perplejo, asentía automáticamente, mientras Belascoarán seguía hundiéndose en su propia incertidumbre.

"Yo no entiendo a eshe puto agente equish, ni tampoco a shus amigosh. Qué másh da que el tal nashty shea quien shea...la cosha, Don Cuco, esh que shushcita paradojash, propishia hambresh, levanta a losh mishmíshimosh putosh muertosh...qué másh quieren esha bola de pendejosh..."

Don Cuco alzó solo una ceja, y en un arrebato de sapiencia, replicó:

"No, pos sí Don Héctor. Lo que han de querer, digo, a mí se me hace, es chingarse un alipus con el chingado susodicho. Digo, nomás pa ver si es de a de veras..."

Belascoarán enmudeció. Luego pidió otras dos cervezas y se fue directo hasta su casa, donde lo esperaban sus propios sueños.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Puta madre! -déjame acabarme este sanduich de queso de puerco, yum yum-...ejem, ahora sí:

-ataque de pánico-
AAAAAAA!!!!

PUTA MADRE!!!

¿¿¿¡¡¡Quién Chinga-dos....SOOOOOOOOOY!!!!!!??

-arritmia-

¿¿¿¿!!!Dónde....CHINGADOS......ESTOOOOY!!!!!!!!!???

-grito descomunalmente agudo y chillante, un pinche chango gritando por una frutilla para ser más exactos-

¡¡¡¡no sean culeros, si me encuentran, déjense de joderías y avísenme, cabrones!!!!

the drop dijo...

Mister x, estoy de acuerdo que la identidad de Nasty es algo turbia... Pero en fin, una de dos. O son varias personas, o es una mente muy ambivalente.
En ambos casos, me da mucho placer leer al susodicho, y me daría mucho gusto echarme unos drinks con el, ella, ellos, o eso... Así que no me le vayas a espantar por favor.
:o)

Alfredo Mora dijo...

Taaaaaaaaaan Taibo.
ME latio.

Hector dijo...

Pinshi Beashcoarán tan borrassho, hic!

Lahetaira dijo...

y nunca nadie lo encontró. eso seguro. el café la gloria y una bola de curiosos no es suficiente para encontrar a alguien.

besos... si cuando quieres, eres un sensei...